Cultura y espectáculos

La guerra del libro llega a Internet

La Comisión Europea inspeccionó ayer los cuarteles generales de cinco grandes editores alemanas y de la firma austriaca Libro. Los inspectores buscaban pruebas para confirmar sus sospechas de que el distribuidor austriaco ha dejado de ofrecer descuentos en la venta de libros a través de Internet por las presiones de los editores alemanes y también austriacos. Más de 30 editores dejaron de suministrar a Libro cuando este distribuidor anunció hace un mes su campaña de descuentos en la venta electrónica y han reanudado el suministro al suspenderse la campaña de precios bajos, el 28 de julio.Ante ...

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La Comisión Europea inspeccionó ayer los cuarteles generales de cinco grandes editores alemanas y de la firma austriaca Libro. Los inspectores buscaban pruebas para confirmar sus sospechas de que el distribuidor austriaco ha dejado de ofrecer descuentos en la venta de libros a través de Internet por las presiones de los editores alemanes y también austriacos. Más de 30 editores dejaron de suministrar a Libro cuando este distribuidor anunció hace un mes su campaña de descuentos en la venta electrónica y han reanudado el suministro al suspenderse la campaña de precios bajos, el 28 de julio.Ante tal cúmulo de coincidencias, el comisario europeo de la Competencia, Mario Monti, envió ayer a sus inspectores a los cuarteles generales del grupo editorial Bertelsmann en Múnich, Aufbau-Verlag en Berlín, KNO y K&V en Stuttgart y la asociación de distribuidores alemanes de bolsillo Börsenverein des Deutschen Buchhandels. También inspeccionaron la sede de Libro en Austria.

Las reacciones de los afectados fueron dispares. El jefe ejecutivo de Libro, Andreas Rettberg, dio la bienvenida a la inspección afirmando que demuestra la imparcialidad de la Comisión Europea. Bertelsmann, en cambio, sostuvo que las acusaciones de Bruselas "no tienen fundamento", y el presidente de la asociación de editores, Roland Ulmer, afirmó en una nota que se trata de una "intimidación" y una acción "desproporcionada" provocada por un sector de la prensa alemana. Los grandes editores alemanes se oponen a que los libros sean tratados como cualquier producto comercial porque el precio libre beneficiará sólo a las superficies comerciales y provocará una caída de la calidad del libro y de la atención al público.

El problema parecía arreglado tras el pacto alcanzado hace tres meses entre Bruselas y los editores, pero aquel acuerdo, que incluía la posibilidad de que se potenciaran las ventas a través de Internet, ha saltado por los aires a las primeras de cambio. El 1 de julio, el distribuidor austriaco Libro inició una agresiva campaña de promoción ofreciendo descuentos de hasta el 20% en la venta de best sellers. La campaña, lanzada en Alemania y Austria, provocó una agria reacción de editores y distribuidores y una treintena de empresas se negaron a dar sus productos a Libro.

Tras varios rifirrafes, Libro llegó a un acuerdo con los distribuidores y éstos reanudaron el suministro al tiempo que Libro suspendió los descuentos.

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