Reportaje:

Instantes que perduran

Una exposición exhibe en Valencia las fotografías premiadas por la prestigiosa World Press Photo

Muchas imágenes de la actualidad se quedan impresas de manera inconciente en la memoria de la gente sin que trascienda la autoría de las mismas. Sucede con los fotografías que revelan las atrocidades de una guerra, pero también con reportajes de una competición deportiva o las que congelan para siempre el estallido de un fenómeno de la naturaleza o de la tecnología humana.Todas ellas comparten el hecho de que sus autores han de haber dedicado el 60% de su tiempo de trabajo a la prensa. Al menos éste es el requisito imprescindible para poder optar a los prestigiosos World Press Photo que cada a...

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Muchas imágenes de la actualidad se quedan impresas de manera inconciente en la memoria de la gente sin que trascienda la autoría de las mismas. Sucede con los fotografías que revelan las atrocidades de una guerra, pero también con reportajes de una competición deportiva o las que congelan para siempre el estallido de un fenómeno de la naturaleza o de la tecnología humana.Todas ellas comparten el hecho de que sus autores han de haber dedicado el 60% de su tiempo de trabajo a la prensa. Al menos éste es el requisito imprescindible para poder optar a los prestigiosos World Press Photo que cada año convocan a miles de fotógrafos de todo el mundo. De hecho, los premios de esta fundación tienen la facultad de "reconocer el trabajo del día a día y catapultar a los fotógrafos anónimos que dedican toda su vida al arduo y duro trabajo del periodismo", según explicó Agustín Pérez de Guzmán, director de la Escuela de Fotografía y Técnicos de la Imagen (EFTI) en cuya sede de Valencia se exponen desde ayer las 200 fotografías galardonadas este año.

La gran mayoría de los autores de estas imágenes, que pueden ser igualmente identificadas por dos lectores situados en los antípodas, son obra de fotógrafos de las agencias internacionales de noticias. Sus nombres son muy conocidos por los profesionales del periodismo, pero tan sólo trascienden al gran público en ocasiones extraordinarias. Cuando esto sucede, y la firma se convierte en santo y seña de un proceso de producción despersonalizado, no es extraño encontrar entre los compañeros anónimos una expresión de repulsa y desconfianza, sobre todo en el caso de los reporteros de conflictos bélicos.

Las fotografías de guerra, las imágenes más dramáticas que apelan directamente al corazón y a las entrañas porque llevan estampadas el rostro del horror y del sufrimiento, son las que más llaman la atención. El World Press Photo de este año ha recaído en el retrato de una víctima herida, en la expresión del refugiado anónimo albanokosovar que camina por una calle de Albania, acompañado, en un segundo plano, por dos hombres más. El dolor silencioso de su mirada, que parece preguntarse por el sentido de la guerra, fue captado por la cámara del danés Claus Bjon Larsen, de la Agencia Berlingske Tidende de Dinamarca.

El comisario de la exposición, Wolter te Riele, señaló que la mayoría de la gente reconoce los fotos premiadas por la Fundación fundada en Holanda en 1955, por los trabajos bélicos y más sangrientos, pero hay nueve categorías entre las que se encuentran temáticas muy diversas, como la naturaleza, tecnología y ciencia, deportes y arte". Entre los galardonados se encuentra la fotógrafa española Isabel Muñoz gracias a su reportaje artístico Entrenamiento de artes marciales chinas.

Te Riele subrayó la tendencia detectada en las últimas ediciones que supone un "importante incremento de las fotografías en blanco y negro y una presencia cada vez mayor de fotografías digitales, que ya ascienden al 17% de las imágenes".

Más de 42.000 fotografías de casi 4.000 fotógrafos, procedentes de 122 países, han concursado este año en el World Press Photo. Unas cifras que certifican la buena salud de la fotografía. Agustín Pérez de Guzmán destaca la vigencia de este medio de expresión a pesar de las omnipresentes imágenes de televisión. "Quizá las fotografías de prensa son más reales, se valoran más, proporcionan más detalles y tienen la capacidad de hacer que el público se detenga más en ellas", sugiere el director del centro privado que inauguró en mayo sus nuevas instalaciones en Valencia -cuentan con otra escuela en Madrid- con una exposición dedicada a Alberto García Álix, que precedió a otra de Sebastián Salgado. Ahora, por primera vez en Valencia, se exhiben las imágenes de la World Press Photo.

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El propósito es que el alumnado se familiarice y conozca directamente el trabajo de muchos creadores al mismo tiempo que va aprendiendo un oficio que, en el caso de los reporteros de prensa, es cada vez más complicado, según apunta el presidente del jurado del World Press Photo 2000, David Burnett. "Resulta cada vez más difícil cubrir las noticias con una cámara debido a las trabas burocráticas, las limitaciones, las sospechas y la animosidad creciente contra la prensa", señala en un texto que acompaña a la exposición que se podrá ver en Valencia hasta el 31 de julio.

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