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Andalucía: el Sur y los Sures

Durante los dos últimos siglos, los andaluces estuvimos mirando hacia el norte, pensando que todo el futuro vendría desde arriba. Estábamos tan en el culo del mundo, era tanta la diferencia existente con las zonas desarrolladas, había tantos "avances" -sociales e industriales, por ejemplo- de los que nosotros no participábamos y que, sin embargo, eran moneda común en otros territorios de España y de Europa, que todo ello nos inducía a pensar en la conveniencia de adoptar modelos "norteños" para iniciar un camino de salida de nuestra precaria situación.En la actualidad, sabemos que podemos avan...

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Durante los dos últimos siglos, los andaluces estuvimos mirando hacia el norte, pensando que todo el futuro vendría desde arriba. Estábamos tan en el culo del mundo, era tanta la diferencia existente con las zonas desarrolladas, había tantos "avances" -sociales e industriales, por ejemplo- de los que nosotros no participábamos y que, sin embargo, eran moneda común en otros territorios de España y de Europa, que todo ello nos inducía a pensar en la conveniencia de adoptar modelos "norteños" para iniciar un camino de salida de nuestra precaria situación.En la actualidad, sabemos que podemos avanzar con nuestro propio modelo. Según muy diversos estudios, en los últimos 20 años Andalucía ha crecido más que la media de España, ha generado más empleo del que se ha generado en España y en Europa, y ha producido un mejor reparto de la riqueza -y un proceso de vertebración social mayor, en consecuencia- del que se ha producido en otras zonas de nuestro entorno. Ello ha sido posible, sin duda, gracias al dinamismo de la propia sociedad andaluza. Pero también, y básicamente, gracias al salto cualitativo que se ha dado en la creación de capital físico y humano en Andalucía, derivados ambos de la acción pública, en grandísima medida. El poder político en Andalucía ha servido para regenerar el territorio y para promover una dinámica social distinta, y se ha legitimado por eso mismo.

En la actualidad, por otra parte, sabemos que las perspectivas de crecimiento de Andalucía siguen estando abiertas, más abiertas que en otras regiones de Europa. En efecto, según un reciente estudio de Cambridge Econometrics (European Regional Prospects, publicado el 8 de junio de 2000, www.camecon.co.uk.), Andalucía es una de las regiones de Europa en las que el crecimiento per cápita previsto hasta el año 2004 superará el 3% anual, por encima de la mayoría de las regiones de la UE. Lo importante, con todo, no es eso. Lo importante es que, en general, el crecimiento europeo de los próximos años tiende a concentrarse en el sur de Europa, por un lado, y en la periferia de Europa, por otro. Tenemos oportunidades y existe la posibilidad de aprovecharlas. Se me ocurre, sin ánimo exhaustivo, apuntar algunas líneas que pueden permitir un mejor aprovechamiento de nuestra situación. Creo que sería bueno, por ejemplo:

En primer lugar, consolidar e incrementar el compromiso inversor en infraestructuras públicas en Andalucía, por parte de todas las administraciones públicas. Andalucía debe seguir siendo preparada para acoger más y más inversiones generadoras de empleo, y para ello es básico el papel inversor público.

En segundo lugar, reforzar el papel de nuestras ciudades y consolidar la "actuación en red" de todas las capitales de Andalucía. Andalucía debe actuar ante el mundo como una unidad, pero esa unidad no depende sólo del Gobierno regional. Las ciudades andaluzas, una a una y todas juntas, deberían promover actuaciones innovadoras para incrementar su capacidad de atracción y la de Andalucía toda. Por ejemplo, los ejes de comunicación de Andalucía podrían ser considerados no únicamente como caminos entre una ciudad y otra, sino como focos de desarrollo de actividades de la más diversa índole productiva. Y podrían ser promovidos conjuntamente por las distintas ciudades a las que unen.

Finalmente, creo que sería bueno continuar abriéndonos más y más hacia nuestro Sur, y reforzar los lazos con ese nuestro Sur: el Magreb y la íntegra orilla Sur del Mediterráneo. A veces, se tiende a pensar en nuestros vecinos solamente como fuente de problemas (la emigración) o como elemento de distorsión económica (acuerdos pesqueros y competencia en productos hortofrutícolas, por ejemplo). Sin embargo, el Sur es nuestro destino y nuestro futuro. Andalucía reforzará su papel en la economía global, en buena medida, en tanto en cuanto intensifique sus relaciones de toda índole con el Magreb y en tanto en cuanto se consolide como un vecino del que se pueden recibir plurales aportaciones y cuya colaboración se puede esperar. "Desde el Sur, con los Sures". Esa es la apuesta.

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