El encanto de la incineración

Pamplona pone en marcha el primer horno crematorio de Navarra

Un moderno edificio de hormigón blanco, con un diseño vanguardista mucho más parecido a una mansión de lujo que a un tanatorio convencional, alberga desde esta semana las dependencias del primer horno crematorio que funciona en la Comunidad foral de Navarra. Han transcurrido muchos años de reivindicación social hasta que el Ayuntamiento de Pamplona se ha decidido a promover un servicio que será utilizado inicialmente, según las previsiones oficiales, en el 10% de las inhumaciones que realiza el cementerio municipal de San Jo...

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Pamplona pone en marcha el primer horno crematorio de Navarra

Un moderno edificio de hormigón blanco, con un diseño vanguardista mucho más parecido a una mansión de lujo que a un tanatorio convencional, alberga desde esta semana las dependencias del primer horno crematorio que funciona en la Comunidad foral de Navarra. Han transcurrido muchos años de reivindicación social hasta que el Ayuntamiento de Pamplona se ha decidido a promover un servicio que será utilizado inicialmente, según las previsiones oficiales, en el 10% de las inhumaciones que realiza el cementerio municipal de San José, unos 1.500 enterramientos anuales.El moderno crematorio, que recuerda a una de esas viviendas de revista de diseño con amplísimos salones acristalados, a través de los cuales se ve un apacible jardín de estilo japonés, ha costado 244 millones de pesetas, de los que 145 corresponden al horno y los servicios anexos y el resto a la cuidada urbanización exterior.

No en vano el recinto crematorio, cuyas salas ocupan 800 metros cuadrados, se ubica en un lateral del actual cementerio municipal, en el barrio de San Jorge de Pamplona, una zona ajardinada, sumamente tranquila, a orillas del río Arga, que brinda un escenario idóneo e infinitamente más discreto para este tipo de despedidas que el que pueden aportar los masificados tanatorios urbanos.

Cientos de navarros han trasladado en estos años los restos de sus familiares a localidades cercanas, como Vitoria o Zaragoza, que ya disponían de un servicio semejante. Desde la pasada semana ya disponen de él en Pamplona. Y además pueden vanagloriarse de disfrutar de un recinto multiconfesional, con una recepción adaptada a los actos de despedida que los familiares, tengan o no cualquier tipo de convicción religiosa, quieran organizar.

Para conseguir disponer de un servicio semejante han tenido que superarse viejos prejuicios y cautelas. Incluso el propio Arzobispado de Pamplona ha colaborado para acabar con ellos, apoyando públicamente con profusión de citas y documentos eclesiásticos la corrección e, incluso, la conveniencia de apostar por este sistema.

El Ayuntamiento calcula que personas de municipios limítrofes a Pamplona usarán también los servicios del horno crematorio y situan el objetivo a alcanzar en el 25% el número de cremaciones en relación al de enterramientos clásicos.

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Para ello el Ayuntamiento ha divulgado material informativo que ensalza las ventajas de la cremación. Al margen del ahorro económico (20.000 pesetas por la incineración y entre 5.000 y 29.500 pesetas por las urnas para las cenizas), un 33% menos que la inhumación en tierra y un 38% menos que el enterramiento en un nicho, se recuerda a la población que este sistema es mucho más ecológico que dejar descomponer los cadáveres. Uno de los tres quemadores del horno se dedica exclusivamente a la cremación interna de los gases producidos en el proceso, para evitar su salida al exterior.

No obstante, se tienen esperanzas de que sea el cuidado detalle del recinto y la destacada intimidad que brinda la zona, con gran facilidad de accesos y un amplio aparcamiento con capacidad para 150 coches, la que posibilite, por criterios de comodidad y estética, que el crematorio tenga una aceptación superior a los dos servicios diarios máximos previstos.

"Espero que gracias a este horno crematorio los ciudadanos de Pamplona puedan elegir con mayor libertad el modo en que desean terminar sus vidas", señaló la alcaldesa de la ciudad, Yolanda Barcina, durante la inauguración del recinto.

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