Fox y Zedillo pactan un relevo ordenado que garantice la gobernabilidad de México

La revolución más importante registrada en México desde que la desencadenada en 1910 estableciera las bases del nuevo Estado arrancó con el pacto suscrito entre el ganador de las históricas presidenciales del domingo, Vicente Fox, y el presidente Ernesto Zedillo para asegurar la gobernabilidad de México, un armónico relevo de poderes y una investidura sin problemas el 1 de diciembre. El estadista que derribó el sistema político establecido hace 71 años, bendecido ya por Wall Street y la Bolsa mexicana, se manifestó contrario a desencadenar una cacería de brujas.

Fox creará, sin embargo,...

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La revolución más importante registrada en México desde que la desencadenada en 1910 estableciera las bases del nuevo Estado arrancó con el pacto suscrito entre el ganador de las históricas presidenciales del domingo, Vicente Fox, y el presidente Ernesto Zedillo para asegurar la gobernabilidad de México, un armónico relevo de poderes y una investidura sin problemas el 1 de diciembre. El estadista que derribó el sistema político establecido hace 71 años, bendecido ya por Wall Street y la Bolsa mexicana, se manifestó contrario a desencadenar una cacería de brujas.

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Fox creará, sin embargo, la Comisión Nacional de Transparencia para averiguar la verdad sobre los magnicidios, corrupciones o multimillonarios fraudes bancarios perpetrados durante los últimos años. Iluminado por la gran araña del salón Venustiano Carranza del palacio de Gobierno, en una conferencia de prensa, Fox no era ya el ranchero de Guanajuato presto a desenfundar, sino un gobernante de traje azul y camisa blanca impoluta, conciliador y amigable, que anunció un concurso abierto en la selección de sus ministros. Su gente le presentará una terna y él elegirá al titular de cada cartera. No serán cuates (amigos), sino profesionales sin mácula, prometió.El líder de la que se ha venido en llamar la primera revolución democrática del siglo XXI pretende inducir la pluralidad en su Gabinete: "Vamos a buscar que haya priístas [del Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México durante 71 años], que haya perredistas [Partido de la Revolución Democrática, PRD, de centro-izquierda], que haya panistas [Partido de Acción Nacional, centro-derecha], que haya verdes ecologistas [Partido Verde Ecologista, coligado con el PAN en las elecciones generales]".

Horas después de este anuncio, el portavoz del PRD, Carlos Navarrete, cerraba las puertas a cualquier colaboración: "Esperamos que ningún miembro de nuestro partido caiga en la tentación de colaborar con Vicente Fox [al que tildó de reaccionario] por el hecho de dotarle de una apariencia de Gobierno plural". Fox, que carece de mayoría parlamentaria suficiente, necesitará pactar con el PRD o con el PRI en el Parlamento.

Durante los cinco meses que restan hasta la entrega del mando, Zedillo y Fox, que mantuvieron una primera entrevista de 50 minutos, sostendrán periódicas reuniones, viajarán juntos por la República cuando sea necesario o delegarán la transferencia de información en equipos de ministros y asesores conjuntos.

Estrecha colaboración

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Todos los ministros del Gobierno de Zedillo informarán personalmente a Fox sobre programas y proyectos de su cartera. "Empezaremos por ahí", declaró Fox. En una segunda etapa, los ministros salientes departirán con los entrantes más en detalle. "Inclusive conviviendo varias semanas, inclusive varios meses, a fin de que todo camine y corra sin ninguna sorpresa, sin ningún vacío". Otra ronda de conversaciones se efectuará con los gobernadores del PRI y el PRD.El objetivo es evitar conflictos entre los dos Ejecutivos, y sobre todo convencer a los 100 millones de mexicanos, a los inversores extranjeros y a todo el mundo de que la trascendental transición puede hacerse en paz. El nuevo Ejecutivo pretende tener listo en el transcurso de los próximos meses el Plan Nacional de Desarrollo, pero para ello deberá haberse llegado antes a un acuerdo sobre el presupuesto. Normalmente, este plan se presenta una vez que el nuevo Gobierno esté instalado, pero las prisas de la Administración conservadora parecen muchas. "No queremos perder un solo día en el despegue hacia el desarrollo".

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