El Servico Catalán de la Salud rechaza responsabilidades por la muerte de dos pacientes en Mataró

El Servicio Catalán de la Salud (SCS) rechaza tener responsabilidad en el caso del cruce de los conductos de los gases medicinales de la sala del TAC del Hospital de Mataró, que a finales del verano pasado causó la muerte de dos pacientes a quienes se les suministró por error un gas anestésico en lugar de oxígeno. Ayer, Francesc Muntaner, representante del SCS, declaró como imputado ante el juez que instruye el caso y traspasó toda la responsabilidad a la contratista principal de la obra, la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), a las compañías subcontratadas y a la responsable ...

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El Servicio Catalán de la Salud (SCS) rechaza tener responsabilidad en el caso del cruce de los conductos de los gases medicinales de la sala del TAC del Hospital de Mataró, que a finales del verano pasado causó la muerte de dos pacientes a quienes se les suministró por error un gas anestésico en lugar de oxígeno. Ayer, Francesc Muntaner, representante del SCS, declaró como imputado ante el juez que instruye el caso y traspasó toda la responsabilidad a la contratista principal de la obra, la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), a las compañías subcontratadas y a la responsable de supervisar los trabajos.Hasta ahora, todos los imputados que han declarado ante el juez se traspasan las responsabilidades de unos a otros. En su declaración, Francesc Muntaner afirmó que sólo los directores técnicos de la obra sabían exactamente cómo estaba y aseguró que el SCS no tenía conocimiento de que faltara revisar los conductos de los gases medicinales. Esta argumentación contradice, según Josep Manté, abogado del comité de trabajadores del Hospital de Mataró que actúa como acusación particular, la versión de la empresa ECA, responsable de los controles de calidad. Esta sociedad afirma haber comunicado reiteradamente a FCC que faltaba comprobar los conductos de gases medicinales, algo que también sabía el SCS.

Muntaner aseguró que lo que faltaba revisar eran obras complementarias que no exigían recepción posterior por parte de la Administración, lo que entra en contradicción con los documentos presentados por la dirección técnica en los que se exige que haya una nueva recepción.

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