El Gobierno español propone medidas de la UE para frenar la inmigración

El presidente del Gobierno, José María Aznar, calificó ayer de "esencial e inevitable" la adopción de medidas urgentes para el control de la inmigración ilegal en el seno de la Unión Europea "si nos queremos ahorrar muchos problemas". Tras el Consejo Europeo de Feira (Portugal), el jefe del Ejecutivo insistió en la necesidad de acelerar la aplicación de los acuerdos de Tampere (Finlandia, 1999) para evitar episodios "tan atroces e inaceptables" como el de Dover o el registrado ayer en Málaga.Los 58 inmigrantes sin papeles que murieron asfixiados el lunes en la cámara frigorífica de un camión c...

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, calificó ayer de "esencial e inevitable" la adopción de medidas urgentes para el control de la inmigración ilegal en el seno de la Unión Europea "si nos queremos ahorrar muchos problemas". Tras el Consejo Europeo de Feira (Portugal), el jefe del Ejecutivo insistió en la necesidad de acelerar la aplicación de los acuerdos de Tampere (Finlandia, 1999) para evitar episodios "tan atroces e inaceptables" como el de Dover o el registrado ayer en Málaga.Los 58 inmigrantes sin papeles que murieron asfixiados el lunes en la cámara frigorífica de un camión cuando trataban de entrar ilegalmente en Dover (Inglaterra) y los 36 extranjeros rescatados ayer hacinados y hambrientos en el interior de una furgoneta camino de Málaga han puesto de manifiesto el problema del tráfico de personas a nivel europeo. Por eso, y tras afirmar que los acuerdos de Tampere sobre inmigración respondieron a "una iniciativa española", Aznar insistió en la urgencia de crear unas normas de control comunes en toda la Unión Europea.

"Los Gobiernos de la Unión Europea", afirmó, "deben adoptar cada uno sus medidas, pero también acordar una política común para frenar esos procesos. Habrá más problemas cuanto más se retrase el desarrollo de la filosofía adoptada en Tampere. Es extraordinariamente importante avanzar en ese terreno".

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, añadió que el Gobierno español tomará la iniciativa "presentando toda una serie de propuestas", y Aznar recomendó a la presidencia francesa que elabore en el segundo trimestre del año "un plan acelerado de medidas que permitan que este tipo de tragedias sucedan lo menos posible".

El jefe del Ejecutivo insistió en que su Gobierno "debe contemplar todos los medios para luchar contra las redes criminales del tráfico de seres humanos". Además, el presidente del Gobierno hizo un llamamiento a la "responsabilidad" de las fuerzas de la oposición a la hora de debatir la próxima revisión de la Ley de Extranjería.

Sus palabras desencadenaron la inmediata réplica del PSOE e IU. Así, para el primer partido de la oposición, el presidente del Gobierno lo que hizo ayer con sus declaraciones fue "demagogia" y "aprovecharse de los trágicos acontecimientos relacionados con la inmigración para lanzarse contra la oposición".

"La pócima milagrosa"

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Según Ramón Jáuregui, portavoz socialista, también resulta demagógico "obsesionarse con la reforma de la ley de Extranjería actual como si fuera la culpable de estos acontecimientos" y pensar que las modificaciones serán "la pócima milagrosa que fuera a resolver el problema de la inmigración en España y en Europa".

Francisco Frutos, dirigente de IU, fue más allá en la crítica y acusó a Aznar de utilizar el trabajo de las mafias para demostrar que hay demasiada permisividad: "Él sabrá lo que dice. En estos momentos están intentando utilizar todo el trabajo criminal de las mafias en España y en Europa para demostrar que hay demasiada permisividad y que la Ley de Extranjería española, por tanto, se tiene que modificar porque fomenta el trabajo de las mafias para traer, engañándoles, a más inmigrantes".

Los partidos alemanes, mientras tanto, se han planteado la necesidad de una ley de emigración que tenga en cuenta las nuevas realidades (envejecimiento y necesidad de mano de obra) como uno de los grandes desafíos de la campaña electoral del 2002, informa Pilar Bonet. Los dirigentes de la Unión Cristiana Democrática (CDU), el principal partido de la oposición, se plantean ya un cambio radical en su política. Ayer discutieron un documento interno sobre el tema en el que se afirma que la inmigración no sólo no es una carga, sino que es un enriquecimiento.

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