Reportaje:

La crisis de la universidad pública en Japón

En el seminario organizado por la UPC hubo ponencias de expertos de numerosos países; europeos en su mayoría, pero también americanos, tanto de EEUU como de Canadá, Chile y Argentina. Pero una de las ponencias más sugerentes fue la que pronunció el profesor Masateru Baba, de la Facultad de Educación de la Universidad Shinshu, de Nagano (Japón). Baba explicó a sus colegas cómo el Gobierno japonés intenta privatizar sus universidades públicas y desprenderse de un sector cuya gestión le incomoda. En Japón hay dos tipos de universidades: las públicas, llamadas nacionales, y las privadas. Tradicion...

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En el seminario organizado por la UPC hubo ponencias de expertos de numerosos países; europeos en su mayoría, pero también americanos, tanto de EEUU como de Canadá, Chile y Argentina. Pero una de las ponencias más sugerentes fue la que pronunció el profesor Masateru Baba, de la Facultad de Educación de la Universidad Shinshu, de Nagano (Japón). Baba explicó a sus colegas cómo el Gobierno japonés intenta privatizar sus universidades públicas y desprenderse de un sector cuya gestión le incomoda. En Japón hay dos tipos de universidades: las públicas, llamadas nacionales, y las privadas. Tradicionalmente, las primeras eran las más prestigiosas, pero esto ha cambiado desde la posguerra y actualmente hay muchas privadas que gozan de un enorme prestigio. Hay en Japón 550 universidades, de las que un centenar son públicas (el 25%), y el resto, privadas. La diferencia de los precios de las matrículas entre unas y otras es considerable, pero, en cualquier caso, el coste de una pública es mucho más alto que en Europa.

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Baba no esconde que las universidades públicas, por su componente funcionarial, "son muy conservadoras" y reacias a cualquier cambio. El Gobierno ha ideado un sistema previo a la privatización que consiste en convertir a las universidades públicas en agencias gubernamentales, lo que, en una primera fase, va directamente contra la autonomía universitaria. "El presidente ya no será escogido por los profesores, sino que será nombrado por el ministerio", explica. Una de las razones que, en su opinión, están detrás de esta pretensión de la Administración es el descenso demográfico, que está dejando vacías muchas aulas.

Baba, sin embargo, advierte de que el profesorado, funcionario de por vida, hará lo que sea para impedir la privatización, si bien considera que a la larga el cambio será inevitable.

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