LA CRISIS DEL PAÍS VASCO

Cuatro jóvenes condenados a 17 años por la quema de un autobús

La Audiencia Nacional ha condenado a cuatro jóvenes de edades comprendidas entre 21 y 23 años a penas que totalizan 17 años de prisión para cada uno por haber quemado un autobús urbano en Basauri (Vizcaya) con su conductor dentro, en septiembre de 1996. Éste resultó gravemente herido y estuvo más de un año incapacitado.La sentencia condena a José Luis López Gómez, de 23 años en el momento de los hechos; Zigor Orbe, de 21; Francisco Javier Sádaba, de 22, e Iñigo Vallejo, de 21, por delito de terrorismo en relación con incendio a 15 años y 1 día a cada uno; y a dos años por lesiones. Es una de l...

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La Audiencia Nacional ha condenado a cuatro jóvenes de edades comprendidas entre 21 y 23 años a penas que totalizan 17 años de prisión para cada uno por haber quemado un autobús urbano en Basauri (Vizcaya) con su conductor dentro, en septiembre de 1996. Éste resultó gravemente herido y estuvo más de un año incapacitado.La sentencia condena a José Luis López Gómez, de 23 años en el momento de los hechos; Zigor Orbe, de 21; Francisco Javier Sádaba, de 22, e Iñigo Vallejo, de 21, por delito de terrorismo en relación con incendio a 15 años y 1 día a cada uno; y a dos años por lesiones. Es una de las primeras veces que la Audiencia Nacional condena hechos de violencia callejera como delito de terrorismo.

Leire Etxebarria, que tenía 19 años cuando ocurrieron los hechos, y María Rey, que tenía 20, han sido también condenadas a un total de ocho años de cárcel como cómplices de los mismos delitos de terrorismo y lesiones.

Según la sentencia, los seis jóvenes se pusieron de acuerdo para quemar un autobús aprovechando las fiestas del barrio de San Miguel, en la localidad vizcaína de Basauri, para apoyar la huelga de hambre que estaban realizando los presos de la organización terrorista ETA.

Las dos mujeres se situaron en la parada del autobús de la calle Gernika para que el vehículo, propiedad de la empresa Transportes Colectivos, se detuviera. Acto seguido, sus compañeros impregnaron el autobús con gasolina y lanzaron dos artefactos incendiarios. El conductor del autobús, Manuel Fernández González, que sufrió importantes quemaduras en las manos y en la cara, sólo pudo salir del vehículo en llamas por una ventana con la ayuda de un ciudadano.

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