FÚTBOL La gran final de París

De Morella a Saint Denis

Julio de 1999. Gerardo García, de 25 años, soporta con resignación el tedio de la concentración de la pretemporada de su equipo, el Villarreal, en la localidad castellonense de Morella. Mucha carrera continua, muchos estiramientos, mucha calma chicha. Otro año más en Segunda División, pensaba. Mayo de 2000. Gerardo se entrena a toda mecha y pasa los días más apasionantes de su carrera deportiva ante la ilusión más que probable de jugar la final de la Liga de Campeones. Héctor Cúper lo está probando como sustituto de Carboni para la final de hoy en París. Le da toda la confianza del mundo y el ...

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Julio de 1999. Gerardo García, de 25 años, soporta con resignación el tedio de la concentración de la pretemporada de su equipo, el Villarreal, en la localidad castellonense de Morella. Mucha carrera continua, muchos estiramientos, mucha calma chicha. Otro año más en Segunda División, pensaba. Mayo de 2000. Gerardo se entrena a toda mecha y pasa los días más apasionantes de su carrera deportiva ante la ilusión más que probable de jugar la final de la Liga de Campeones. Héctor Cúper lo está probando como sustituto de Carboni para la final de hoy en París. Le da toda la confianza del mundo y el chico está convencido de que saldrá a calentar a las ocho de la tarde en el estadio de Saint Denis. En 10 meses, la vida de este sevillano que se formó en las canteras de Osasuna y del Real Madrid y que pertenece a una larga saga de futbolistas ha cambiado radicalmente. No es lo mismo pasearse por los campos de Segunda División, que darse un garbeo por Saint Denis. "¿Quién me lo iba a decir a mí? Estoy alucinando. Esto es la leche", dice el mediano de los García, que llegó al Valencia el pasado mes de diciembre procedente del Villarreal, club que pagó 36 millones de pesetas por Gerardo el año que subió a Primera División, hace dos temporadas.

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