Fuera de lugar
En su artículo "Matar, morir" del 9 de mayo, mi viejo amigo José Ramón Recalde, aludía, sin nombrarme, a una reciente entrevista que se me hizo en El Diario Vasco de San Sebastián. Allí decía yo que, si la sociedad vasca se decantara por la independiencia, "estaría dispuesto a dar la vida por ella", pero, "a lo que no estaría dispuesto es a quitarle la vida a un semejante para conseguirla". El asesinato de José Luis López de Lacalle, me reafirma en la segunda de esas aseveraciones, pero me obliga a desdecirme de la primera o, por lo menos, a puntualizarla, pues a la luz de hechos así, resulta ...
En su artículo "Matar, morir" del 9 de mayo, mi viejo amigo José Ramón Recalde, aludía, sin nombrarme, a una reciente entrevista que se me hizo en El Diario Vasco de San Sebastián. Allí decía yo que, si la sociedad vasca se decantara por la independiencia, "estaría dispuesto a dar la vida por ella", pero, "a lo que no estaría dispuesto es a quitarle la vida a un semejante para conseguirla". El asesinato de José Luis López de Lacalle, me reafirma en la segunda de esas aseveraciones, pero me obliga a desdecirme de la primera o, por lo menos, a puntualizarla, pues a la luz de hechos así, resulta un tanto fuera de lugar, además de ridículamente retórica: ningún proyecto de independencia del País Vasco, por respetable que en sí mismo fuese, merecería la pena de sacrificio alguno si hubiera que compartirlo con sus asesinos.-