Francia apoya la idea de Europa federal presentada por Fischer
El ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine, saludó ayer calurosamente el proyecto de Europa federal expuesto la víspera por su colega Joschka Fischer. "Es una propuesta muy interesante que dibuja una perspectiva a largo plazo, pero que permite ya iniciar una reflexión colectiva sobre el futuro de una Europa ampliada", indicó.Védrine asoció expresamente los proyectos federalistas de Fischer con los planteamientos de Jacques Delors, una manera de revestir de legitimidad francesa la propuesta alemana. De hecho, la iniciativa de Fischer no es seguramente ajena a los contactos que ambos mant...
El ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine, saludó ayer calurosamente el proyecto de Europa federal expuesto la víspera por su colega Joschka Fischer. "Es una propuesta muy interesante que dibuja una perspectiva a largo plazo, pero que permite ya iniciar una reflexión colectiva sobre el futuro de una Europa ampliada", indicó.Védrine asoció expresamente los proyectos federalistas de Fischer con los planteamientos de Jacques Delors, una manera de revestir de legitimidad francesa la propuesta alemana. De hecho, la iniciativa de Fischer no es seguramente ajena a los contactos que ambos mantienen desde hace semanas de cara a conformar un consenso mínimo europeo franco-alemán.
Francia fía buena parte del éxito de su futura presidencia europea a su capacidad para engrasar esa alianza. "La contribución de Fischer, la más ambiciosa de las presentadas hasta ahora, es interesante en su conjunto. Al igual que él, yo también pienso que, en cualquiera de los casos, el eje franco-alemán debe ocupar un lugar central", destacó Védrine. Aunque la propuesta federalista, efectuada a "título personal" por el ministro alemán de Exteriores, no puede ser incluida formalmente en la conferencia intergubernamental, está claro que Francia pretende abrir el debate durante su presencia europea, en el segundo semestre del año. París y Berlín están igualmente de acuerdo en flexibilizar las denominadas "cooperaciones reforzadas", la Europa de las dos o más velocidades. Muy desconfiados ante el pretendido eje Londres-Madrid, los Gobierno de París y Berlín parecen haber llegado a la conclusión de que la construcción política de Europa no puede esperar indefinidamente a los reticentes británicos, y que a ellos corresponde marcar el ritmo y el rumbo.