El Foro Ermua reúne a miles de personas en Bilbao para denunciar el "fascismo" de ETA

El silencio que acompañó ayer la marcha convocada en Bilbao por el Foro Ermua contra el asesinato de su cofundador y luchador antifranquista, José Luis López de Lacalle, se quebró al grito de "libertad, libertad". Frente al Ayuntamiento, miles de personas clamaron contra el "fascismo de ETA". En su alocución final, el presidente del Foro, Vidal de Nicolás, denunció las "obsesiones totalitarias" de los pistoleros. Censuró la "falacia" de los nacionalistas por querer imponer un "proyecto excluyente" de la mitad de los vascos y vender un "proceso de paz envuelto en el celofán de la construcción n...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El silencio que acompañó ayer la marcha convocada en Bilbao por el Foro Ermua contra el asesinato de su cofundador y luchador antifranquista, José Luis López de Lacalle, se quebró al grito de "libertad, libertad". Frente al Ayuntamiento, miles de personas clamaron contra el "fascismo de ETA". En su alocución final, el presidente del Foro, Vidal de Nicolás, denunció las "obsesiones totalitarias" de los pistoleros. Censuró la "falacia" de los nacionalistas por querer imponer un "proyecto excluyente" de la mitad de los vascos y vender un "proceso de paz envuelto en el celofán de la construcción nacional".

"Los procesos de paz no se hacen con sangre, y menos con sangre de los demás, de los otros". La crítica, dirigida al PNV y EA, fue respondida con una salva de aplausos por los asistentes. El presidente del Foro Ermua censuró antes de la marcha la actitud del Gobierno vasco y del PNV y EA por no acudir a la manifestación. De Nicolás dijo que el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe no tiene "legitimidad" para seguir gobernando y denunció que el lehendakari está dirigiendo el país de espaldas al pueblo, apoyándose en los "fanáticos" y en los del "lenguaje letal de las pistolas". Al término de la marcha, que tardó una hora en recorrer los más de dos kilómetros que separan el Sagrado Corazón del edificio consistorial, los congregados -60.000 personas según la organización, y 10.000 según la Policía Municipal-, De Nicolás advirtió entre aplausos: "No queremos regresar a las tinieblas de la caverna ancestral". Tampoco "resucitar la aldea rústica tradicional", y mucho menos vivir bajo la "tutela repugnante de los matarifes" de ETA.A diferencia de la crispación que se pudo sentir en la manifestación convocada por la plataforma Basta Ya en San Sebastián, en febrero, y una semana después en Vitoria en la doble marcha contra el asesinato del Fernando Buesa y su escolta, los manifestantes sólo rompieron el silencio con salvas de aplausos. Se propugnó firmeza democrática, pero desde la "tolerancia" y la "diversidad". Esporádicos gritos exigiendo a Ibarretxe el adelanto de elecciones fueron acallados con siseos.

Integrantes del Foro Ermua, la plataforma cívica que surgió en Euskadi tras el asesinato del edil del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco, en julio de 1997, y significados periodistas como Pedro J.Ramírez, Luis Herrero y Carlos Dávila, portaban la pancarta que abría la marcha, con el lema Contra el fascismo, por la libertad.

Los carteles contra ETA o con lemas a favor de la Constitución y exigiendo la dimisión del lehendakari pasaron de mano en mano desde antes de que la cabeza de la manifestación abandonara la plaza del Sagrado Corazón, minutos antes de las 19.00. Un par de jóvenes repartían carteles fotocopiados en los que se leía Ibarretxe dimisión. Viva la Constitución. "Del Cesid nada de nada", aclaraba uno de ellos recordando que cuando otros panfletos similares aparecieron en la manifestación de condena del asesinato de Buesa, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, lo atribuyó a una operación de los servicios secretos. "He hecho 500 copias, tengo 28 años y soy un trabajador de una empresa de amortiguadores", aseguró. Los carteles que pedían la dimisión de Ibarretxe no fueron los únicos En las aceras de la Gran Vía esperaban ciudadanos que portaban cuartillas. Otros levantaban frente a las cámaras de TVE -que emitió en directo el arranque y el final de la marcha- folios en los que ponía "No me llames extranjero. Quiero vivir aquí y en paz", y "ETA disolución".

"La libertad, en juego"

No acudió ningún representante del Ejecutivo vasco. En un bloque compacto se reunieron los representantes de los partidos políticos y los sindicatos CC OO y UGT. El PP contó con una cualificada representación, encabezada por su secretario general, Javier Arenas, mientras que el Gobierno estuvo representado por el ministro del Interior, Jaime Mayor. Mayor afirmó: "Lo único que está en juego aquí es la libertad, y los partidos que gobiernan [en Euskadi] no están con las víctimas". Además, participaron la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre; el presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz; el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar; el diputado general de Álava,Ramón Rabanera, el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, y otros cargos públicos del PP vasco.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Junto a los populares desfilaron el líder del PSE, Nicolás Redondo, el diputado Enrique Múgica, y otros dirigentes socialistas. Del lado nacionalista sólo acudieron el exalcalde de Vitoria José Ángel Cuerda y el peneuvista crítico con su partido Emilio Guevara. "He aprendido siempre de la gente nacionalista que antes de ser nacionalista, comunista, socialista o liberal, hay que ser persona y demócrata", subrayó Guevara.

También estuvo el secretario general del PCE de Euskadi, Iván Álvarez, el presidente de Unidad Alavesa, Pablo Mosquera, y el lider del CDN navarro, Juan Cruz Alli. En las primeras filas de la marcha estuvieron el ararteko (defensor del pueblo vasco), Xabier Markiegi, y los secretarios generales de CCOO y UGT en Euskadi, Santiago Bengoa y Carlos Trevilla, respectivamente.

Archivado En