El Parlamento francés abre la puerta al voto de los extranjeros no comunitarios

La Asamblea Francesa (Parlamento) aprobará hoy la propuesta de ley que otorga a los dos millones de ciudadanos extranjeros no comunitarios el derecho a votar y a ser elegidos en las elecciones municipales. Vistos los comportamientos de los diputados en los agitados debates de ayer, puede adelantarse que la mayoría de izquierdas votará a favor y que la derecha lo hará en contra.

La iniciativa de Los Verdes tiene un marcado carácter testimonial, puesto que la conversión de la propuesta en ley exigirá una revisión constitucional y un referéndum, requisitos que la actual mayoría no está, po...

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La Asamblea Francesa (Parlamento) aprobará hoy la propuesta de ley que otorga a los dos millones de ciudadanos extranjeros no comunitarios el derecho a votar y a ser elegidos en las elecciones municipales. Vistos los comportamientos de los diputados en los agitados debates de ayer, puede adelantarse que la mayoría de izquierdas votará a favor y que la derecha lo hará en contra.

La iniciativa de Los Verdes tiene un marcado carácter testimonial, puesto que la conversión de la propuesta en ley exigirá una revisión constitucional y un referéndum, requisitos que la actual mayoría no está, por sí misma, en condiciones de lograr. "Lo importante", dicen Los Verdes, "es que la cuestión ha traspasado por primera vez las puertas del hemiciclo y que hemos dado un paso capital para que el proyecto pueda hacerse realidad". Para la derecha francesa, el asunto, "extremadamente sensible", adquiere tintes de provocación en la medida en que alimenta potencialmente a la extrema derecha y reduce en consecuencia sus opciones electorales. Sin oponerse frontalmente al fondo del asunto, los distintos partidos de la oposición acusan a la mayoría de utilizar el voto de los extranjeros de manera oportunista e irresponsable buscando el provecho electoral. No olvidan que el asunto formó ya parte en 1981 de las 110 famosas propuestas que ayudaron a ganar al desaparecido presidente François Mitterrand y que permitieron a la extrema derecha aumentar el arsenal de sus argumentos xenófobos antisistema. "Tal y como hacía Mitterrand, la izquierda vuelve a agitar el trapo rojo del voto de los extranjeros para provocar y reactivar a una extrema derecha moribunda", acusaron ayer los diputados del RPR gaullista.

De ahí, sin duda, las reticencias que el primer ministro, Lionel Jospin, muy cuidadoso siempre en marcar distancias con la era y los métodos del monarca socialista, viene expresando al respecto desde hace años. "Sólo promoveré esta reforma cuando esté madura y pueda realizarla", afirmó en diciembre del año pasado.

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