Tribuna:

Poder valenciano

FRANCESC DE P. BURGUERA

Ya tenemos Gobierno. O tienen, porque esto nunca se sabe. Diez millones de votantes han elegido a Aznar como presidente. Trece millones de votantes no han estado por la labor. Hubiesen preferido otra cosa. Pero estas son las reglas del juego que todos tenemos que aceptar. Las reglas democráticas del juego electoral. ¿Y qué opinión merece éste Gobierno? Hay opiniones para todos los gustos. Para algunos valencianos, entre los que no me encuentro, el nuevo gabinete padece de una falta grave: no hay un sólo ministro de la tierra. Echan de menos el poder valenciano de...

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FRANCESC DE P. BURGUERA

Ya tenemos Gobierno. O tienen, porque esto nunca se sabe. Diez millones de votantes han elegido a Aznar como presidente. Trece millones de votantes no han estado por la labor. Hubiesen preferido otra cosa. Pero estas son las reglas del juego que todos tenemos que aceptar. Las reglas democráticas del juego electoral. ¿Y qué opinión merece éste Gobierno? Hay opiniones para todos los gustos. Para algunos valencianos, entre los que no me encuentro, el nuevo gabinete padece de una falta grave: no hay un sólo ministro de la tierra. Echan de menos el poder valenciano de que tanto se ha hablado. No creo que sea para ponerse a llorar o rasgarse las vestiduras. Cierto es que quien fue en el anterior Gobierno secretario de Estado de Hacienda, el valenciano y diputado por Castellón, Juan Costa, no ha pasado a ser ministro, como pretendía, y ha declarado que abandona el ejecutivo. ¿Le ha faltado el apoyo del presidente Zaplana, verdadero representante del poder valenciano? ¿O es que, a pesar de la presión de Zaplana -si es que ha presionado- Aznar se ha llamado a andana y ha preferido que el ministerio de Hacienda al que aspiraba nuestro paisano Costa, lo ocupe Cristóbal Montoro? Misterio de alta política.

Pero no todo está perdido. Para quienes echan en falta algún ministro valenciano en el gabinete del señor Aznar, pueden consolarse con el nombramiento del diputado por Alicante, Federico Trillo, como ministro de Defensa. El señor Trillo es murciano, de Cartagena, pero ha tenido el detalle de abandonar su tierra para incorporarse a la clase política valenciana presentándose a las elecciones como diputado por Alicante. Que Dios se lo pague. Los valencianos podemos presumir, con orgullo, de que uno de los "nuestros", después de presidir el Congreso, ha pasado, ¡nada menos!, que a encargarse del ministerio de Defensa. En su toma de posesión, nuestro diputado por Alicante ha declarado ante los altos cargos militares: "Soy uno de vosotros y como tal pediré ser acogido". En mi opinión se le olvidó pedir al ministro Trillo ser acogido, también, como diputado por Alicante, al tiempo que transmitía, a todo el estamento militar, un entusiasta saludo de la población alicantina. Pero todo se andará. En todo caso, no es cierto que el poder valenciano no esté presente en el Gobierno del señor Aznar. Lo está representado por don Fedrico Trillo, ministro de Defensa. Las Fuerzas Armadas estan bajo la responsabilidad del "poder valenciano". ¿No es maravilloso? ¿Qué más se puede pedir?.

Por eso decía al principio que no me encuentro entre esos valencianos que lamentan la falta de ministros de la tierra en el nuevo gabinete aznarista. Tenemos al diputado por Alicante, Federico Trillo. Y nada menos que al frente del ministerio de Defensa. Uno no puede dejar de lamentar que el diputado por Castellón, Juan Costa, no haya accedido, también, a la condición de ministro, en su caso al frente del departamento de Hacienda. Dos ministros valencianos habría estado muy bien. No pudiendo ser así, y sólo teniendo que contar con uno, siempre es mejor, para el poder valenciano, tener un ministro de Defensa que uno ministro de Hacienda. Nuestro futuro, en tanto que valencianos, y como es bien sabido por todo el mundo, depende y está más vinculado al ministerio de Defensa y a las Fuerzas Armadas que al ministerio de Hacienda y a su política de impuestos. ¡Donde va a parar!.

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