Ganarse a Putin

Ahí está el nuevo zar, y en Occidente, como es natural, se ha desencadenado la rivalidad por su favor. Londres, gracias a la acrobacia diplomática, ha conseguido de momento situarse en cabeza. Dando tres brincos para apartarse de la "política exterior ética" que proclamaba, tenemos a Tony Blair en la alfombra roja, derecho como una vela, recibiendo al guerrero de Chechenia, Vladimir Putin. Como se trata de su primera visita presidencial a Occidente, los británicos han puesto todo su empeño. Primero concedió audiencia a los industriales, después fue agasajado por el primer ministro y al final h...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ahí está el nuevo zar, y en Occidente, como es natural, se ha desencadenado la rivalidad por su favor. Londres, gracias a la acrobacia diplomática, ha conseguido de momento situarse en cabeza. Dando tres brincos para apartarse de la "política exterior ética" que proclamaba, tenemos a Tony Blair en la alfombra roja, derecho como una vela, recibiendo al guerrero de Chechenia, Vladimir Putin. Como se trata de su primera visita presidencial a Occidente, los británicos han puesto todo su empeño. Primero concedió audiencia a los industriales, después fue agasajado por el primer ministro y al final hubo una recepción en la corte. Todo esto ennoblece y obliga.Tony Blair quiere ganarse a Putin para una relación especial. Ya durante su campaña electoral, Blair fue el único jefe de Gobierno occidental que viajó a San Petersburgo para apoyarle. Ahora encaja sonriente incluso las protestas que han realizado personas cercanas al partido. Naturalmente, mantener buenos contactos con el jefe del Kremlin no es ni estúpido ni deshonroso. En Berlín, París y Washington tampoco hay nadie que quiera poner en peligro las relaciones con Moscú acogiéndose al estandarte de una moral superior. Pero la guerra de Chechenia exigiría al menos cierta contención. Sin embargo, la crítica a Moscú sólo parece posible en el nivel anónimo de las instituciones europeas. La UE puede congelar las subvenciones y proponer al Consejo de Europa la expulsión de Rusia; bilateralmente, no obstante, se compite por su favor, y los británicos acaban de poner la guinda.

Múnich, 18 de abril

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En