Deutsche Telekom reclama a Bruselas que ponga orden en la telefonía móvil europea

Deutsche Telekom (DT), la mayor compañía de Europa en telefonía fija, pidió ayer a la Comisión Europea que ponga orden en la adjudicación de licencias de telefonía móvil multimedia (UMTS) en la UE. "Es increíble que Bruselas no se ocupe del asunto", declaró Ron Sommer, su presidente. Sommer pidió un "criterio común" para abrir el mercado UMTS en igualdad de oportunidades y evitar así que en países como el Reino Unido se paguen 5,3 billones por las licencias y sólo 86.000 millones en España. Bruselas aseguró que hará pública su postura el próximo miércoles.

La subasta de licencias en el ...

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Deutsche Telekom (DT), la mayor compañía de Europa en telefonía fija, pidió ayer a la Comisión Europea que ponga orden en la adjudicación de licencias de telefonía móvil multimedia (UMTS) en la UE. "Es increíble que Bruselas no se ocupe del asunto", declaró Ron Sommer, su presidente. Sommer pidió un "criterio común" para abrir el mercado UMTS en igualdad de oportunidades y evitar así que en países como el Reino Unido se paguen 5,3 billones por las licencias y sólo 86.000 millones en España. Bruselas aseguró que hará pública su postura el próximo miércoles.

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La subasta de licencias en el Reino Unido ha abierto los ojos a los Gobiernos sobre las posibilidades de la telefonía móvil para hacer caja, pero ha terminado por alertar a las operadoras sobre el esfuerzo que se les va a exigir para poder explotar el futuro multimedia. La tecnología UMTS permitirá la convergencia de Internet y de la telefonía móvil y su explotación se considera clave para que los actuales líderes del sector en Europa resistan el envite de las compañías estadounidenses. "Es incomprensible que en algunos países las licencias se concedan a un precio casi nulo para las operadoras locales [caso de España], mientras que en otros sea necesario pagar cantidades extremas para obtenerlas", afirmó ayer Ron Sommer, presidente de Deutsche Telekom, según France Presse. Precisamente, DT ha experimentado ambas situaciones: compitió en España por las licencias UMTS, que fueron a parar, a cambio de 86.000 millones de pesetas, a Telefónica, Airtel, Amena y Xfera el pasado marzo y pugna actualmente por una en el Reino Unido.

Por las cinco licencias que va a conceder el Gobierno del laborista Tony Blair se ofrecieron ayer 21.211 millones de libras (6,2 billones de pesetas). Y el proceso continuará hasta que alguno de seis contendientes (las británicas BT, Vodafone, Orange, One2One y NTL y la canadiense TIW) se retire. Hasta entonces no acabará un proceso que, tras 145 rondas, se sigue con atención en otras capitales.

Intervención

Deutsche Telekom no hizo ayer sino confirmar el temor de los grandes del sector a un desembolso excesivo. Su presidente reclamó una intervención de las autoridades comunitarias que acabe con las diferencias en las adjudicaciones y establezca una "solución común" en Europa. "Es increíble que Bruselas no se ocupe de este asunto", afirmó Sommer, instando a la Comisión a poner coto a la ambición de los Gobiernos, aunque signifique enterrar algún principio del liberalismo radical.

"No hacemos ningún comentario sobre cuál es la opción que preferimos", declaró ayer el portavoz de Empresa y Sociedad de la Información en el Ejecutivo comunitario. "Es una cuestión puramente nacional", añadió, y rechazó comentar las palabras del presidente de Deutsche Telekom. "Los resultados de las consultas mantenidas con los diferentes actores y nuestra visión futura del sector se harán públicos el miércoles", dijo la misma fuente, informa Sandro Pozzi.

Cuando se abrió la subasta británica el 6 de marzo, Europa estaba dividida, pero cada Gobierno parecía tener claro cómo iba a adjudicar las licencias. Francia, Italia, Portugal y Dinamarca defendían la concesión mediante concursos basados en criterios técnicos para garantizar el desarrollo sectorial. Alemania, Bélgica, Suiza y Holanda anunciaban subastas y la concesión al mejor postor porque creen que es más transparente. Los dos únicos países en los que ya se han otorgado licencias -Finlandia y España- optaron por el concurso, pero han establecido el pago de una tasa por la liberalización de espectro radioeléctrico que exige la nueva tecnología UMTS. En el caso español, las licencias reportarán al Estado 86.000 millones más un porcentaje anual sobre los beneficios obtenidos por las compañías a partir de agosto de 2001, cuando empiecen a prestar servicio. Fomento mantiene que consultó con Bruselas sobre el procedimiento y que la opción es nacional.

Sin embargo, a la vista de la inyección de dinero que van a recibir las arcas británicas, Francia, Italia y Alemania han comentado que van a revisar los procedimientos de adjudicación fijando cantidades mínimas para poder participar en los procesos y obtener así más ingresos. El anuncio ha puesto en guardia a las operadoras. Especialmente a los antiguos monopolios nacionales, que ven cómo la oportunidad de introducirse en nuevos mercados con el UMTS se desvanece con las cantidades exigidas y el favoritismo a los operadores locales. Telefónica, por ejemplo, se retiró el pasado martes de la subasta británica cuando su oferta superaba el billón de pesetas y se ponía en entredicho la rentabilidad.

Sommer mostró su malestar durante la presentación de resultados de su compañía. El beneficio de DT en el primer trimestre fue de 500 millones de euros (83.193 millones de pesetas), manteniéndose estable respecto al mismo periodo de 1999.

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