El PP consolida su poder en la empresa

El poder en el seno de las empresas azucareras españolas ha estado tradicionalmente en manos de sus propietarios o de los principales accionistas de cada grupo al margen de las posiciones políticas de cada Gobierno.En esta línea de organización y de gestión estuvo la presidencia de Sociedad General Azucarera durante más de 30 años. José Joaquín Ysasi-Ysasmendi fue presidente de esta compañía hasta 1998.

En el seno de Ebro Agrícolas -la otra parte de la fusionada Azucarera Ebro-, la presidencia y la gestión estuvo históricamente en manos de su propietario y familia fundadora, Francisco L...

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El poder en el seno de las empresas azucareras españolas ha estado tradicionalmente en manos de sus propietarios o de los principales accionistas de cada grupo al margen de las posiciones políticas de cada Gobierno.En esta línea de organización y de gestión estuvo la presidencia de Sociedad General Azucarera durante más de 30 años. José Joaquín Ysasi-Ysasmendi fue presidente de esta compañía hasta 1998.

En el seno de Ebro Agrícolas -la otra parte de la fusionada Azucarera Ebro-, la presidencia y la gestión estuvo históricamente en manos de su propietario y familia fundadora, Francisco Lozano. Posteriormente, en los últimos diez años, hasta 1999, la gestión recayó en Manuel Guasch, cabeza visible del grupo mayoritario KIO.

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El mismo esquema de gestión se repite actualmente en Azucareras Reunidas de Jaén bajo la presidencia de su principal accionista, la familia Maraldi y de Fausto Morales, representante elegido por los cooperativistas, únicos accionistas de la sociedad.

Esta situación de asociación entre presidentes o gestores y los principales accionistas, se ha quebrado sin embargo en Azucarera Ebro Agrícolas, empresa resultante de la fusión en 1998 de Sociedad General Azucarera y de Ebro Agrícolas.

Tras el acuerdo de fusión impulsado desde el Ministerio de Agricultura con Loyola de Palacio al frente y por la Junta de Castilla y León, forzando la entrada de las cajas de ahorros como accionistas, el Gobierno del PP, con sólo el 10% de las acciones de la sociedad a través de las empresas públicas Mercasa y Alycesa, se erigió en árbitro de la situación para designar los gestores.

En principio, ya bajo la sombra de Agricultura, se mantuvo en la presidencia a Guasch. Pero sólo un año más tarde, en abril 1999, desde Economía se impulsó el nombramiento como presidente de Vicente de la Calle, hombre que venía del BSCH y amigo de Rodrigo Rato. Desde las mismas instancias de Patrimonio y, con el consenso de la Junta de Castilla y León, se pactó el relevo del presidente por un político del PP, José Manuel Fernánez Norniella, otra persona muy próxima a Rato desde los tiempos de diputados del PP.

El control del PP en Ebro coincide con la salida como consejeros de accionistas como las familias Carner y Herba, mientras KIO y el grupo Saint Louis soportan el espectáculo

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