Ibarretxe responde a la oposición que no va a "precipitarse" convocando elecciones

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, trata de ganar tiempo para analizar con los dos partidos de su Gobierno (PNV y EA) la delicada situación en que queda tras el anuncio de EH de que irá sólo al Parlamento vasco cuando se debatan cuestiones que afecten a la "construcción nacional", lo que le sitúa en una insostenible minoría parlamentaria: 27 escaños de un total de 75, frente a los 32 que suman el PP, el PSE y Unidad Alavesa (UA). Al día siguiente de regresar de un viaje oficial de una semana a México, Ibarretxe apeló escuetamente, a través de un portavoz, a no tomar "decisiones precipitadas"...

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, trata de ganar tiempo para analizar con los dos partidos de su Gobierno (PNV y EA) la delicada situación en que queda tras el anuncio de EH de que irá sólo al Parlamento vasco cuando se debatan cuestiones que afecten a la "construcción nacional", lo que le sitúa en una insostenible minoría parlamentaria: 27 escaños de un total de 75, frente a los 32 que suman el PP, el PSE y Unidad Alavesa (UA). Al día siguiente de regresar de un viaje oficial de una semana a México, Ibarretxe apeló escuetamente, a través de un portavoz, a no tomar "decisiones precipitadas". Fue su respuesta a las demandas reiteradas por el portavoz del Gobierno en funciones, Josep Piqué, y de los partidos vascos de la oposición, para que convoque elecciones anticipadas o se someta a una cuestión de confianza.La decisión de EH de acudir de forma ocasional y selectiva a un Parlamento que siempre ha considerado ajeno porque "refleja la partición territorial de Euskal Herria", coloca al Ejecutivo nacionalista en una situación de extrema debilidad, pese a tener aprobado el presupuesto de este año. Ibarretxe no podrá sacar adelante ninguna iniciativa legislativa y puede verse en la tesitura de perder una votación tras otra ante la oposición, como volvió a suceder el viernes.

El portavoz del PNV en el Congreso de los diputados, Iñaki Anasagasti, reconoció ayer lo que otros dirigentes nacionalistas admiten sin ambages en privado, que el Gobierno vasco se encuentra en una situación "muy complicada". Una opinión que compartió el consejero de Justicia, Sabin Intxaurraga, de EA: "Estamos en una encrucijada".

Ante esta realidad, Ibarretxe ha apostado por ganar tiempo, consciente de que su margen de maniobra y el de su partido se han estrechado al límite con la crisis de la vía emprendida con el Pacto de Lizarra. No puede recuperar el acuerdo parlamentario con la plataforma electoral de HB, roto tras el asesinato de Fernando Buesa, porque sabe que no puede desmarcarse de ETA. En este sentido, Arnaldo Otegi advirtió en San Sebastián al PNV y a EA que su apoyo sólo llegará si se comprometen sin ambigüedades con un nuevo marco político que supere el actual. En este caso, recalcó, EH "está dispuesta a estabilizar absolutamente todas las instituciones existentes", informa Aurora Intxausti.

Por su parte, el PP se niega siquiera a acudir a las rondas de consultas del lehendakari y el PSE, como volvió a insistir Nicolás Redondo, exige antes que nada una condición que el PNV no parece dispuesto a conceder porque sería reconocer su fracaso: romper con Lizarra y volver a la senda de la Constitución y el Estatuto. En estas circunstancias, y con la posibilidad de nuevos atentados de ETA, la duda está en si el Gobierno podrá aguantar los cuatro meses que se ha dado Ibarretxe para buscar una nueva mayoría, o hasta septiembre, la fecha señalada por Joseba Egibar para "tomar decisiones".

En cualquier caso, el Gobierno no hará una valoración pública de la situación hasta que la analice en el Consejo de Gobierno del martes, según adelantó el consejero de Industria y portavoz, Josu Jon Imaz. Previamente lo hará, mañana, la dirección del PNV, a cuya reunión asistirá Ibarretxe.