LA NUEVA SITUACIÓN EN EUSKADI

EH abandona el Parlamento vasco y deja en extrema debilidad al Gobierno de Ibarretxe

Euskal Herritarrok lanzó ayer su último pulso al PNV y EA al anunciar por sorpresa que sus 14 diputados no volverán al Parlamento vasco salvo cuando sea "conveniente" para su proyecto soberanista. La izquierda abertzale pretende forzar así a las dos formaciones que sostienen en minoría al Gobierno de Juan José Ibarretxe a que clarifiquen si están dispuestas a promover un nuevo marco político en Euskal Herria. Este retroceso a la situación anterior al Pacto de Lizarra deja al Gobierno de Ibarretxe en una situación de extrema debilidad. PNV y EA sólo suman 27 escaños, de un total de 75.

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Euskal Herritarrok lanzó ayer su último pulso al PNV y EA al anunciar por sorpresa que sus 14 diputados no volverán al Parlamento vasco salvo cuando sea "conveniente" para su proyecto soberanista. La izquierda abertzale pretende forzar así a las dos formaciones que sostienen en minoría al Gobierno de Juan José Ibarretxe a que clarifiquen si están dispuestas a promover un nuevo marco político en Euskal Herria. Este retroceso a la situación anterior al Pacto de Lizarra deja al Gobierno de Ibarretxe en una situación de extrema debilidad. PNV y EA sólo suman 27 escaños, de un total de 75.

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La escalada de tensión que las fuerzas nacionalistas del Pacto de Lizarra han mantenido desde que ETA anunciara en noviembre pasado la ruptura de la tregua -y cometiera tres asesinatos más a primeros de año- alcanzó ayer su punto máximo con la decisión de los 14 parlamentarios de Euskal Herritarrok de no acudir al pleno semanal de la Cámara de Vitoria. El portavoz de la marca electoral de Herri Batasuna, Arnaldo Otegi, anunció en una rueda de prensa en San Sebastián que ni él ni sus 13 compañeros volverán a pisar el hemiciclo salvo cuando sea "conveniente" para los intereses soberanistas."Lo nuestro no es una espantada", enfatizó Otegi. "PNV y EA han tenido posiciones muy tibias en relación con el proceso democrático y nosotros les queremos decir que no hay terceras vías: o siguen haciendo una apuesta autonomista y de gestión con los partidos estatalistas o se mantienen en el compromiso abierto para iniciar una transición política hacia otro marco con la izquierda abertzale".

La ruptura sorprendió al lehendakari Ibarretxe cuando regresaba de un viaje oficial a México. No hizo declaraciones, aunque los portavoces del PNV Iñaki Anasagasti y Joseba Egibar sí admitieron que la situación es tan "complicada y difícil" que lo más probable es que, en septiembre, al hacer el balance de gestión del Ejecutivo, el presidente vasco tenga que ir "algo más allá".

La "tibieza" de PNV y EA

El ultimátum de EH no es sólo una respuesta a la "tibieza" del PNV y EA, sino al desafío que ambas formaciones habían lanzado a la izquierda abertzale en el seno del propio Pacto de Lizarra con la intención de liderar este acuerdo entre nacionalistas. Los dos partidos que sostienen al Gobierno vasco promovieron la semana pasada una declaración crítica con la utilización de la violencia por parte de ETA y llevaron su postura tanto a la asamblea de electos municipales Udalbiltza como a la plataforma en favor de los presos Batera, nacidas ambas del Pacto de Lizarra.

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Fue un escalón más del pulso soterrado que estos meses han librado PNV y EA por tratar de salvar Lizarra y mantener su control sobre el pacto al margen de las interferencias de ETA. Los peneuvistas han ralentizado en este tiempo las reuniones de la permanente de Lizarra, que agrupa a los tres partidos, para tratar de dejar claro que ha sido la izquierda abertzale la que se ha colocado fuera del acuerdo al no admitir que la violencia de ETA es incompatible con la "construcción nacional" de Euskadi.

El próximo miércoles está prevista precisamente una reunión de la comisión permanente del Pacto de Lizarra. El PNV ha adelantado que tiene la intención de proponer allí la aprobación de un pronunciamiento, similar al de Udalbiltza, que declare la incompatibilidad de la "construcción nacional" con la violencia terrorista. En medios peneuvistas no se descarta la posibilidad de que el pacto de Lizarra quede congelado -como ocurrió con el acuerdo de legislatura entre el Gobierno vasco y EH tras el asesinato del teniente coronel Pedro Miguel Blanco García- si en esa reunión de la comisión los independentistas radicales no se desmarcan expresamente de ETA y la kale borroka.

El retorno de EH a la utilización instrumental del Parlamento vasco agudiza la precariedad en que se encuentra el Gobierno vasco desde que el lehendakari diese por roto el pacto de legislatura con EH al asesinar ETA al diputado socialista Fernando Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díez. Ibarretxe cuenta con el respaldo de sólo 27 de los 75 diputados de la Cámara de Vitoria, tres menos de los que suman PP y PSE.

Otegi argumentó que esto no es responsabilidad de la formación independentista, sino del lehendakari por romper el pacto. El dirigente independentista no descartó que se convoquen elecciones anticipadas y admitió que, en ese caso, su formación estudiaría la posibilidad de presentarse. Incluso llegó a decir que si el actual ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, fuese elegido lehendakari, ello podría tener un efecto positivo para sus ideas: "Habría en cuatro años más independentistas que nosotros en 35".

Gravedad

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, reconoció la gravedad de la situación en que EH coloca al Gobierno vasco al afirmar que estas condiciones "sólo se pueden prolongar hasta el debate de política general que se celebrará en septiembre". El dirigente de EA Rafael Larreina puso también el debate de septiembre como fecha clave para afrontar la actual situación, en la que el PP reclama al PNV elecciones anticipadas y los socialistas esperan que Ibarretxe se someta a una cuestión de confianza.

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