Cáritas advierte de la llegada masiva de trabajadores ecuatorianos engañados

"Hágase rico, viaje a España". Ante este reclamo, centenares de ecuatorianos venden sus negocios y sus pertenencias, hipotecan sus casas, se compran un billete de avión y emprenden el viaje hacia la tierra prometida: España. Pero cuando llegan la realidad es otra. Los contratos de trabajo ofertados se han desvanecido. Se encuentran en la calle y con grandes deudas en su país. La mayoría no conoce los servicios sociales y sanitarios a los que puede acudir y va de parroquia en parroquia buscando ayuda.

Cáritas Barcelona, el Comité Ecuatoriano de Derechos Humanos Sindicales y el Comité Cív...

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"Hágase rico, viaje a España". Ante este reclamo, centenares de ecuatorianos venden sus negocios y sus pertenencias, hipotecan sus casas, se compran un billete de avión y emprenden el viaje hacia la tierra prometida: España. Pero cuando llegan la realidad es otra. Los contratos de trabajo ofertados se han desvanecido. Se encuentran en la calle y con grandes deudas en su país. La mayoría no conoce los servicios sociales y sanitarios a los que puede acudir y va de parroquia en parroquia buscando ayuda.

Cáritas Barcelona, el Comité Ecuatoriano de Derechos Humanos Sindicales y el Comité Cívico de Ecuatorianos Residentes en España (CCERE) alertaron ayer de la llegada masiva de estos inmigrantes y de la precaria situación en que se encuentran. De acuerdo con datos de Cáritas, sólo en los dos primeros meses del año ha atendido a 400 ecuatorianos, mientras que durante todo 1999 atendió a 800, la mitad de los cuales llegó en el último trimestre. La presidenta de Cáritas, Núria Gispert, explicó que los ecuatorianos vienen "atraídos por falsas expectativas de trabajo y por la supuesta bonanza económica de España. Algunos han caído en la trama de grupos organizados que les prestan los dólares para entrar en España a cambio de altos intereses, y también les ofrecen alojamiento y contratos falsos". Las causas por las que estos ecuatorianos deciden emigrar de su país son los bajos sueldos, el cierre de empresas y el impago de salarios en el sector público y privado debido a la crisis política y económica que vive el país. Gispert lo ilustró con un ejemplo: "El otro día llegaron dos maestros que hace seis meses que no cobran y no han visto otra alternativa que buscar fuera la subsistencia".

Cáritas pidió a las administraciones públicas "que faciliten información sobre el derecho de estas personas a acceder a los servicios sociales, sanitarios y de asesoramiento acerca de los trámites necesarios para regular su situación", y que se "tomen medidas" que faciliten el retorno a su país de origen de los inmigrantes que se sientan engañados.

Además, Cáritas apuesta por un "diálogo abierto" entre las administraciones responsables, las asociaciones representativas de estos colectivos y las entidades que les ayudan. Y, sobre todo, insta a evitar que se difundan falsas informaciones en Ecuador sobre la supuesta bonanza económica.

Francisco Zambrano, secretario ejecutivo del CCERE, aseguró que no se puede hablar de mafias. "Son las agencias de viajes las que ponen anuncios falsos. Se trata de personas sin escrúpulos que hacen creer a la gente que puede resolver su situación aquí", explica. Zambrano pidió la colaboración de los medios de comunicación españoles y de la Administración pública para que den más información y quiso reivindicar que el 70% de los más de 100.000 ecuatorianos que residen en España tiene una alta formación académica.

Es el caso de Mercedes, una mujer de 50 años licenciada en Ciencias sociales y políticas. Llegó hace dos meses a Barcelona. Con la crisis, su comercio, que regentaba desde hacía 25 años quebró y ella se endeudó. Entonces vio un anuncio en la prensa, cogió sus bártulos y se dirigió a Barcelona. Sigue esperando ese trabajo que le prometieron. Mercedes asegura que la mayoría de los ecuatorianos que llegan son mujeres: "El trabajo que ofrecen desde allá es servicio doméstico. Primero viene la mujer, gana dinero, y luego viene el marido con los hijos." Ella quería conseguir un trabajo, aunque fuera de sirvienta.

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La prioridad, ahora, de Cáritas es atender a los inmigrantes engañados, asesorarles en los aspectos administrativos y facilitarles alimentos, medicinas y ropa. "Todos los días, a las ocho de la mañana ya hay gente esperando en la puerta", dice Gispert. La organización ha reforzado los servicios de acogida y está racionalizando al máximo los recursos disponibles para evitar el colapso y atender a todos los que llegan.

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