Los ecologistas denuncian que la ampliación de una acequia atenta contra una valiosa zona de L'Albufera

Los ecologistas han denunciado que las obras de ampliación de la acequia Mareny de Sant Llorenç que lleva a cabo la Consejería de Agricultura en el parque natural de L'Albufera atentan contra una de sus zonas más valiosas, la laguna de Sant Llorenç, en el término de Cullera. Según José Luis Ramos, abogado de Ecologistas en Acción, y Salvador Peiró, miembro del Centro de Acuicultura Experimental, el régimen jurídico del espacio protegido prohíbe cualquier obra o infraestructura que altere el flujo hídrico en el parque natural y por ello aseguran que la obra del Consell afectará al nivel freátic...

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Los ecologistas han denunciado que las obras de ampliación de la acequia Mareny de Sant Llorenç que lleva a cabo la Consejería de Agricultura en el parque natural de L'Albufera atentan contra una de sus zonas más valiosas, la laguna de Sant Llorenç, en el término de Cullera. Según José Luis Ramos, abogado de Ecologistas en Acción, y Salvador Peiró, miembro del Centro de Acuicultura Experimental, el régimen jurídico del espacio protegido prohíbe cualquier obra o infraestructura que altere el flujo hídrico en el parque natural y por ello aseguran que la obra del Consell afectará al nivel freático de la pequeña laguna, que según el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la cuenca hidrográfica del parque "es uno de los enclaves de mayor valor paisajístico". La Bassa de Sant Llorenç, rodeada de relieves calcáreos (el Cabeçol y la sierra de Les Raboses) está separada del mar por la misma restinga (barra dunar) que la laguna de L'Albufera y se alimenta de aguas subterráneas.Para Agricultura, por contra, la ampliación de la acequia, que se inició en otoño pasado y costará 748 millones de pesetas, es una "obra ejemplar" y completamente "respetuosa con el medio ambiente". La ampliación afecta a un tramo de 2,6 kilómetros y beneficiará, según Joan Sanz, director general de Modernización de Estructuras Agrarias, a los 900 agricultores que cultivan entre 12.000 y 16.000 hanegadas (más de 1.000 hectareas) de campos de arroz. La obra aumentará hasta los 12 metros cúbicos por segundo la capacidad de desagüe de la acequia, que hasta ahora era de sólo 4 (el suelo arenoso y problemas de sifonamiento habían cegado el canal y lo dejaban en sólo un metro cúbico por segundo). Con ello se conseguirá que las inundaciones que puedan ocasionar las trombas de agua de septiembre, en plena recogida del arroz, sólo duren dos o tres días, en vez de los 15 que ahora padecen los agricultores (con peligro de la pérdida de la cosecha).

Sin embargo, la ampliación de la acequia (de 8 metros de ancho a más de 16 y de 2 de profundidad a 4) es, a juicio de los ecologistas un "atentado ecológico" que afectará gravemente al equilibrio hídrico de la laguna, cuyo límite se encontraba ayer a menos de diez metros de la acequia. También critican que la obra arrasara la vegetación autóctona típica de ribera que rodeaba la conducción.

Por su parte, Agricultura asegura que la vegetación volverá a crecer, que la nueva acequia servirá para regular el nivel de la laguna y que el canal se ha forrado de escollera para que los huecos entre las piedras permitan la supervivencia de especies animales y vegetales.

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