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Un plan aprobado en contra el criterio de los técnicos

El proyecto de la Rioja Alavesa es un claro ejemplo de regadío político, es decir, un plan donde los criterios de un partido han primado sobre los de los técnicos, a quienes apenas se les ha tenido en cuenta. Existen varios pasos que así lo atestiguan en este enrevesado proceso.Uno de ellos se refiere a un informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro (del mes de junio pasado) que resaltaba "las severas restricciones de tipo hidrológico" que afectan al río Inglares, un afluente del Ebro con una capacidad bastante limitada de agua.

El plan Sampedro, tal y como lo ha aprobado el minis...

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El proyecto de la Rioja Alavesa es un claro ejemplo de regadío político, es decir, un plan donde los criterios de un partido han primado sobre los de los técnicos, a quienes apenas se les ha tenido en cuenta. Existen varios pasos que así lo atestiguan en este enrevesado proceso.Uno de ellos se refiere a un informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro (del mes de junio pasado) que resaltaba "las severas restricciones de tipo hidrológico" que afectan al río Inglares, un afluente del Ebro con una capacidad bastante limitada de agua.

El plan Sampedro, tal y como lo ha aprobado el ministerio que dirige Isabel Tocino, supone captar el agua del río Inglares, y no del Ebro o la Sierra de Cantabria, como establece el plan de regadíos de Álava y el Plan Hidrológico del Ebro, aprobado por el propio Consejo de Ministros.

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La Confederación ha analizado el cauce del Inglares durante 14 años y concluye que en ese periodo no hubo agua suficiente para satisfacer la demanda de todos los regadíos durante "doce meses de diciembre, once de enero, cinco de febrero y marzo y tres de abril y mayo, es decir, una media del 27 al 38%". La concesión de agua a los regantes de la Rioja Alavesa va de diciembre a mayo. Esto implica que un tercio de los terrenos no podrá regarse habitualmente, y para abastecerse necesitarían una gran embalse "de 8,7 hectómetros cúbicos, es decir, más del 150% de la demanda actual".

La Confederación recuerda también que antes de darse el visto bueno a las obras debía tenerse en cuenta que el proyecto incluye la construcción de "una gran presa", lo cual requiere los pertinentes informes de seguridad y de impacto ambiental. Las obras han comenzado sin este requisito, porque ni siquiera se ha presentado todavía el proyecto de la presa (aún se desconoce si se levantará una o dos). El mismo órgano dependiente de Medio Ambiente asegura que el plan de la Rioja Alavesa, tal y como está concebido, contradice los criterios del Plan Hidrológico del Ebro.

Aparte de este informe técnico, existen otros más antiguos. El 15 de mayo de 1997, el presidente de la Confederación, Tomás Sancho, envió una carta al entonces consejero de Obras Públicas, José Antonio Maturana, en la que analizaba las propuestas del Sistema Ebro-Cantábrico ideado por TYTSA, la empresa vinculada al PP, y que sigue al pie de la letra el plan Sampedro. Decía Sancho sobre el uso del Inglares: "Hay dudas de que sea una solución más favorable (...) Mi criterio personal es que es más sensato acudir a lo contemplado en el plan de cuenca [el Plan Hidrológico del Ebro]".

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