Tribuna:

'Beatus ille'

En San Fernando, localidad costera y pescadora, Teófila Martínez ha dicho que si el Partido Popular gobierna Andalucía invertirá 850.000 millones de pesetas en el medio rural a lo largo de los cuatro años que vienen. Seguimos con la cantinela de prometer todo, que luego ya vendrá Paco con la rebaja. La particularidad de la propuesta de la candidata popular es que no nos aclara en qué consistirá la tal inversión.Andalucía se sustenta en una economía donde el sector agrario juega un papel decisivo. El campo andaluz ha sido la marca de nuestra identidad histórica y era obligado que a la llegada d...

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En San Fernando, localidad costera y pescadora, Teófila Martínez ha dicho que si el Partido Popular gobierna Andalucía invertirá 850.000 millones de pesetas en el medio rural a lo largo de los cuatro años que vienen. Seguimos con la cantinela de prometer todo, que luego ya vendrá Paco con la rebaja. La particularidad de la propuesta de la candidata popular es que no nos aclara en qué consistirá la tal inversión.Andalucía se sustenta en una economía donde el sector agrario juega un papel decisivo. El campo andaluz ha sido la marca de nuestra identidad histórica y era obligado que a la llegada de la democracia el medio rural recibiera las inversiones e infraestructuras negadas en el pasado. Los municipios rurales, con sus ayuntamientos a la cabeza, se han beneficiado en estos últimos años de planes de desarrollo apoyados por los fondos europeos.

Pero hay que superar un tópico instalado en nuestra particular galería de imágenes colectivas. Lo que de verdad necesita una inyección económica, de infraestructuras sociales, culturales y educativas son las zonas periféricas de las capitales andaluzas. El verdadero modelo de subdesarrollo y marginación está hoy en los barrios de Sevilla, de Málaga, de Granada, de Jerez, de Algeciras, de Dos Hermanas...

En esas aglomeraciones se concentra un altísimo porcentaje de población juvenil y no tan juvenil carente de trabajo, de cultura, de incentivos y de apoyo social. A diferencia de los pueblos del medio rural, ni siquiera pueden contar con las posibilidades que da el tipo de relación social allí existente.

La Andalucía profunda ya no está en la campiña, ni en la vega, ni en la costa. Busquémosla muy cerca de nosotros, entre esas calles impersonales, rodeadas de uniformes bloques de pisos hechos al calor especulativo, con portales sin luz donde se reúnen las jóvenes generaciones apoyando con una mano la vespino y con la otra... la nada.

Estoy seguro de que películas como Barrio nos retratan más fielmente que muchas Carmen el actual estado de las ciudades andaluzas. Beatus ille quien vive en el campo.

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