Almería y Murcia, idéntica xenofobia ante una realidad muy similar

La única diferencia es la cantidad. En el Campo de Cartagena, 255.000 murcianos conviven con 28.000 inmigrantes; en el Poniente almeriense, son 50.000 los extranjeros que trabajan para los 138.000 habitantes de la comarca de los invernaderos. El resto es idéntico: el enriquecimiento vertiginoso, la elevada analfabetización, el rechazo de los españoles a la comunidad magrebí, las pintadas xenófobas, la pasividad de la Administración ante el fraude empresarial... Las capitales de ambas comarcas, El Ejido (Almería) y Torre Pacheco (Murcia), se parecen como gotas de agua.En Almería, la técnica de...

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La única diferencia es la cantidad. En el Campo de Cartagena, 255.000 murcianos conviven con 28.000 inmigrantes; en el Poniente almeriense, son 50.000 los extranjeros que trabajan para los 138.000 habitantes de la comarca de los invernaderos. El resto es idéntico: el enriquecimiento vertiginoso, la elevada analfabetización, el rechazo de los españoles a la comunidad magrebí, las pintadas xenófobas, la pasividad de la Administración ante el fraude empresarial... Las capitales de ambas comarcas, El Ejido (Almería) y Torre Pacheco (Murcia), se parecen como gotas de agua.En Almería, la técnica del cultivo bajo plástico hizo posible el salto a la prosperidad en tiempo récord. En Murcia, fue el trasvase Tajo-Segura. El Campo de Cartagena subsistía hace apenas 20 años a costa de la emigración de sus habitantes y de los escasos réditos de la agricultura de secano. La llegada del agua transformó los áridos campos de almendros y algarrobos en huertas de melones, lechugas y brócoli.

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En uno y otro caso comenzaron las familias el trabajo duro; después echaron mano de los temporeros españoles y finalmente dieron con el filón de la inmigración. La avidez de muchos empresarios murcianos poco tiene que envidiar a la patronal almeriense. Ni unos ni otros han concretado las necesidades reales de mano de obra extranjera; ni se han recatado a la hora de subemplear a los norteafricanos, sin convenio ni cotizaciones a la Seguridad Social. Tampoco han atendido la infravivienda de sus empleados.

Regidores parecidos

Hasta sus regidores tienen ideas parecidas. Luis Enciso, del PP, quiere a los magrebíes lejos de los ejidenses. En Torre Pacheco, el independiente Pedro Jiménez, que ha gobernado durante cuatro legislaturas, también cree que los inmigrantes generan delincuencia y su lugar está en los campos. El alcalde actual, Francisco Sáez, del mismo partido, comparte punto por punto la ideología de su predecesor aunque gobierna con el apoyo del PSOE, según las ONG regionales ATIME y Murcia Acoge.

La mayoría de los vecinos no están preparados para convivir con la inmigración. "Somos muy conscientes de eso, aunque de momento nos hemos librado de la violencia xenófoba". Este conocimiento de la realidad que expresa el vicepresidente autonómico, Antonio Gómez Fayrén, llevó al Gobierno de Murcia a poner en marcha, hace más de un año, el Foro Regional de la Inmigración, integrado por políticos, alcaldes, sindicatos, empresarios y ONG.

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El Foro ha impulsado empadronamientos; futuras viviendas, folletos sanitarios en árabe, integración escolar. Y dedica tiempo para explicar a los vecinos de la comarca que su riqueza no sería posible sin los magrebíes. Saben dónde anida el germen del racismo.

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