El Gobierno cree que la sociedad vasca aún no está preparada para la apertura de 'narcosalas'

El Gobierno considera que la sociedad vasca aún no está preparada para convivir con las narcosalas, las salas especiales para que los drogadictos puedan inyectarse en condiciones higiénicas, y que se van a empezar a funcionar por primera vez en la Comunidad de Madrid en unas semanas. La secretaria de Drogodependencias, Kontxi Gabantxo, adelantó ayer que en tres meses se va a poner en marcha en Vizcaya un centro para los toxicómanos más marginales. Los drogadictos podrán ducharse, tomar algo caliente y obtener una jeringuilla nueva, pero no inyectarse.

Gabantxo participó ayer en las VII ...

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El Gobierno considera que la sociedad vasca aún no está preparada para convivir con las narcosalas, las salas especiales para que los drogadictos puedan inyectarse en condiciones higiénicas, y que se van a empezar a funcionar por primera vez en la Comunidad de Madrid en unas semanas. La secretaria de Drogodependencias, Kontxi Gabantxo, adelantó ayer que en tres meses se va a poner en marcha en Vizcaya un centro para los toxicómanos más marginales. Los drogadictos podrán ducharse, tomar algo caliente y obtener una jeringuilla nueva, pero no inyectarse.

Gabantxo participó ayer en las VII Jornadas sobre Tratamientos Ambulatorios de Drogodependencia que se están celebrando en Vitoria y aprovechó este marco para anunciar el proyecto. Gabantxo cree que tal vez más adelante, una vez que se compruebe la eficacia de este primer centro que se ubicará en Vizcaya, se pueda plantear la posibilidad de que los toxicómanos que acudan a estos servicios dispongan de un espacio para inyectarse en condiciones higiénicas y no lo tengan que hacer en lugares insalubres. "Seguro que llegará el día en que podamos plantear algo más de lo que ahora ofrecemos, pero de momento es mejor esperar y comprobar la reacción de la sociedad ante una experiencia menos atrevida, pero novedosa para Euskadi", explicó en declaraciones a EL PAÍS.El responsable de los servicios de Salud Mental de Osakidetza, Álvaro Iruin, también tomó parte en la jornada inaugural de ayer. Iruin recordó que la narcosala que se va a instalar en Madrid -impulsada por la Agencia Anti Droga de la comunidad madrileña- se colocará en una zona de concentración de chabolas y de toxicómanos marginales, que rehúyen los centros convencionales de tratamiento. "En Euskadi no existe ningún sitio así. En el ámbito donde se va a hacer en Madrid [en el poblado de las Barranquillas, cerca del barrio de Vallecas] puede estar muy bien planteado el proyecto", apuntó.

Según Iruin, con este tipo de iniciativas "hay que ir poco a poco". "Se trata de aprovechar la experiencia de los demás. No soy partidario de que Euskadi hubiera sido la primera comunidad en poner en marcha las narcosalas. Sería necesario un estudio sociólogico previo para comprobar el sentir de la sociedad. Ya sabemos lo que cuesta instalar un programa de metadona [un medicamente que ayuda a resolver los problemas derivados de la abstinencia de heroína] en los pueblos y ciudades por la incomprensión de los vecinos. La palabra heroína ya de por sí encierra una connotación muy particular", razonó.

El PSE ha presentado una proposición no de ley en el Parlamento vasco en la que insta al Gobierno a abrir centros-sociosanitarios del estilo al anunciado por la secretaria de Drogodependencias, aunque con la posibilidad también de incluir un recinto específico para que los drogadictos se puedan inyectar.El debate se producirá en las próximas semanas.

El nuevo servicio de Vizcaya está dirigido a una población potencial de cien toxicómanos que se encuentren en una situación límite. "Que vivan bajo el puente, por decirlo de una manera gráfica", enfatizó la secretaria de Drogodependencias, quien no concretó la ubicación exacta de la instalación, aunque apuntó que será en "una zona con altos índices de marginalidad".

Seis profesionales

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En el centro, en el que también participa el Departamento de Sanidad y diversas asociaciones que trabajan con los drogadictos, contará con los servicios de seis profesionales, dispondrá de una zonas de aseo y un área de descanso donde los usuarios podrán tomar algo caliente. Los toxicómanos recibirán atención sanitaria, podrán tener charlas con un educador social y se les ofrecerá un intercambio de jeringuillas usadas.

"Nos dirigimos a los drogadictos más difíciles, a los que han intentado salir del mundo de la droga y no lo han conseguido, a los que no acuden nunca a los centros más tradicionales de tratamiento de la red sanitaria", resaltó Gabantxo.

"Sería un éxito", añadió, "conseguir que tres o cuatro de las personsas que pasen por este centro se incorporen después a los servicios que existen en la red de atención de Osakidetza. El problema de los toxicómanos es de toda la sociedad, de los que se drogan, pero también del resto de ciudadanos. Hay que intentar atraerlos, que vuelvan a formar parte de nuestra sociedad", insistió.

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