Tribuna:

Internet y Valencia (y II)

Las decisiones tecnológicas no son fáciles. En estos momentos, muchos empresarios e internautas valencianos están desconcertados a la hora de optar entre las dos tecnologías candidatas para la implantación de las conexiones domésticas de Internet de banda ancha (128 Kbps o más). Esta conexión posibilita nuevas aplicaciones (videoconferencia, televigilancia, comercio electónico, etc.) hasta ahora inaccesibles para pymes y particulares al carecer de suficiente caudal de datos. La característica más importante de este nuevo tipo de conexiones, asociada a su propio ancho de banda, reside en su cap...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las decisiones tecnológicas no son fáciles. En estos momentos, muchos empresarios e internautas valencianos están desconcertados a la hora de optar entre las dos tecnologías candidatas para la implantación de las conexiones domésticas de Internet de banda ancha (128 Kbps o más). Esta conexión posibilita nuevas aplicaciones (videoconferencia, televigilancia, comercio electónico, etc.) hasta ahora inaccesibles para pymes y particulares al carecer de suficiente caudal de datos. La característica más importante de este nuevo tipo de conexiones, asociada a su propio ancho de banda, reside en su capacidad de estar "siempre conectado", lo que hace localizable nuestra máquina en todo momento y lugar de Internet.Es importante reseñar, que para estar siempre conectado, no es recomendable el uso de circuitos conmutados, propios de los teléfonos, ya que la capacidad de conmutación llega a su límite con cierta facilidad, como prueba el colapso de cada Nochevieja o la saturación de móviles en las zonas turísticas durante el verano. Esta conexión permanente viene acompañada, aunque no necesariamente, de un sistema de pago uniforme que se conoce como tarifa plana, un concepto tarifario, como se ve, más profundo que la necesidad de un acceso universal y barato a Internet. A pesar de su apariencia dispendiosa, no hay que sorprenderse por la tarifa plana ya que, sin poner en peligro la capacidad y eficiencia, la transmisión masiva, al contrario de la energía eléctrica, el gas o el agua, no supone desgaste alguno, ni degradación del medio ambiente.

Aunque quizás desenfocada, esta tarifa es una reivindicación generalizada de los usuarios de Internet en Europa, que fue asumida oficialmente por Fomento, en marzo de 1999. Esta debía llegarnos de la mano de la Línea de Abonado Digital Asimétrica (ADSL), una tecnología que apura las posibilidades de los miles de kilómetros del par de hilos de cobre, que conectan los teléfonos fijos, para lograr conexiones de banda ancha, siendo compatible con las llamadas de voz tradicional y permitiendo la anhelada conexión permanente.

Ante la decisión de Fomento, sobre la vía española a la tarifa plana, Telefónica, sorprendemente, tomó una actitud bastante pasiva: o no quiere o no sabe. Valga el ejemplo de cuando se le solicita un acceso ADSL, ésta redirige al web de Fomento para comprobar la disponibilidad, dando la impresión que no se hace responsable del servicio, cosa increíble puesto que está expresamente encargada de todo su despliegue. Aunque esta actitud ha producido irritación en el ministerio, lo cierto es que, a pesar de que la orden ministerial aseguraba ADSL en Valencia y Alicante para octubre de 1999, a fecha de hoy, este servicio no está disponible en la Comunidad Valenciana.

La lentitud en la disponibilidad del ADSL, ha hecho que en Valencia, el cable proporcionara banda ancha doméstica en noviembre, antes que Telefónica diera de alta el primer usuario de ADSL, en Madrid, a mediados de diciembre. La triste consecuencia de este retraso es que se ha imposibilitado cualquier estudio comparativo entre los servicios que ambos pueden ofrecer a los valencianos. Por ello, nuestros empresarios y usuarios tendrán que, bien elegir a ciegas entre ambas ofertas o bien retrasar su incorporación a estos nuevos servicios. Sin embargo el tiempo y la competencia apremia y es necesario apuntar soluciones, incluso ante la imposibilidad de poder contrastar técnicamente las opciones.

Puesto que el ADSL sólo está en Valencia en la virtualidad del BOE, no lo dude, si el cable llega a su domicilio apúntese y no confíe por ahora en otra tecnología que no es capaz de garantizar ni el Gobierno ni nuestra empresa estandarte. En el mejor de los casos el posible cambio no supone una pérdida considerable. Dos datos nos llevan a esta consideración: a) La preocupación de los operadores de cable por el fin de la moratoria que regula la entrada de Telefónica Cable en el mercado, en sintonía con la recomendación de la OCDE al Gobierno para que obligue a Telefónica a deshacerse de sus operaciones por cable para estimular la competencia en el mercado de la telefonía local. b) Si Telefónica creyera en el ADSL como una alternativa a corto-medio plazo en Valencia, habría apostado por ella de manera más evidente, tanto técnica como publicitariamente.

Desgraciadamente no nos están poniendo fácil a los valencianos, ni la incorporación a la sociedad de la información, ni la conexión ferroviaria con Madrid. No importa, lo que interesa es reconocer nuestras potencialidades, llevarlas adelante y pedir responsabilidades a quien corresponda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Gregorio Martín y Joaquín Costa son miembros del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia.

Archivado En