Cataluña supera la media española en hábitos de consumo cultural

Cataluña es una de las comunidades autónomas españolas más interesadas por la cultura. Así se desprende al menos de un estudio sobre hábitos de consumo cultural en España elaborado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). El informe está estructurado en los grandes ámbitos de música, teatro, cine, televisión, vídeo y lectura; en todos ellos, los catalanes figuran en los primeros lugares por volumen de consumo, con porcentajes superiores a la media española.

La ventaja entre Cataluña y el resto del país es especialmente significativa en el caso del teatro: un 35% de la pobla...

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Cataluña es una de las comunidades autónomas españolas más interesadas por la cultura. Así se desprende al menos de un estudio sobre hábitos de consumo cultural en España elaborado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). El informe está estructurado en los grandes ámbitos de música, teatro, cine, televisión, vídeo y lectura; en todos ellos, los catalanes figuran en los primeros lugares por volumen de consumo, con porcentajes superiores a la media española.

La ventaja entre Cataluña y el resto del país es especialmente significativa en el caso del teatro: un 35% de la población acude alguna vez a un espectáculo teatral, frente al 24,6% de toda España.El estudio de la SGAE se confeccionó a partir de 24.000 entrevistas personales realizadas entre 1997 y 1999, y da continuidad a las encuestas similares elaboradas por el Ministerio de Cultura en 1978, 1985 y 1999. Los resultados globales, que ya se hicieron públicos hace algunos días, arrojaron unas cifras muy bajas de actividad cultural entre los españoles, si bien se constató un incremento respecto a los anteriores sondeos.

El delegado de la SGAE en Cataluña, Ramon Muntaner, recalcó ayer que los porcentajes de consumo cultural son mayores entre los catalanes, pero esto no es óbice para afirmar que las cifras registradas en esta comunidad autónoma son también bajas. "Hay que encender luces rojas de alarma porque hay algunas cifras realmente preocupantes", señaló.

De los hábitos de consumo cultural de los catalanes se desprende, como cifras más relevantes, que un 64'8% compra discos, frente al 55'4% del resto de españoles. En cuanto a géneros musicales, las preferencias se sitúan en el trabajo de los cantautores, las baladas y el pop-rock convencional. En cine, la asistencia es también superior al porcentaje global: un 58'7% frente al 50'4%. La ventaja se repite también en la lectura de libros, una actividad compartida por el 51% de los catalanes (un 22'5% lee prácticamente a diario), frente al 47'8% de los habitantes del resto de España. Sin embargo, la distancia queda prácticamente anulada en lo que se refiere a la lectura de periódicos de información general: un 31'3% los lee a diario, sólo dos décimas por encima del conjunto de la población española.

Interés y poca práctica

En el estudio se registra una gran distancia entre el interés que los encuestados declaran por las distintas actividades culturales y su vinculación real con éstas. Así, un 12'9% de la población catalana afirma sentirse interesada por la ópera, pero sólo un 2'8% ha asistido a algún espectáculo operístico (la media nacional es del 1'8%). En música clásica, la tendencia se repite: un 27'5% se siente atraído por ella (22'3% en toda España) pero sólo un 9'9% va alguna vez a un concierto de este tipo de música. Lo mismo ocurre en el caso de la danza, que interesa al 14% de los catalanes, pero tiene un público real de sólo un 3'7% (cifra superior a la media española, del 2'9%, pero sensiblemente por debajo de la de la comunidad de Cantabria, con un 6'1%).

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Según Rufino Sánchez, director de Estudios y Mecenazgo de la Fundación Autor de la SGAE y responsable del estudio, la encuesta constata un leve incremento de ciertos hábitos culturales, pero demuestra que hay algunos géneros, como la danza y la ópera, prácticamente estancados. Sánchez considera que la principal aportación del informe -al que se pretende dar continuidad, aunque con una periodicidad aún no establecida- consiste en que, pese a "no haber descubierto nada", ha permitido "poner cifras a tendencias que todo el mundo imaginaba pero que no estaban cuantificadas".

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