Reportaje:

Resucita una reliquia telefónica

San Sebastián recupera una preciadísima joya museística que vendió en 1976: la centralita automática de conmutación Rotary, una reliquia de las telecomunicaciones que estuvo en funcionamiento durante 50 años, desde que fue instalada en 1926 en la capital donostiarra para mejorar el servicio telefónico que explotaba el Ayuntamiento. "Esta mañana ha comenzado a funcionar el teléfono automático en San Sebastián", recogieron los periódicos el 14 de junio de aquel año.Este teléfono automático, el primero de estas características que se instaló en España, cayó en desuso cuando fue desplazado en los ...

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San Sebastián recupera una preciadísima joya museística que vendió en 1976: la centralita automática de conmutación Rotary, una reliquia de las telecomunicaciones que estuvo en funcionamiento durante 50 años, desde que fue instalada en 1926 en la capital donostiarra para mejorar el servicio telefónico que explotaba el Ayuntamiento. "Esta mañana ha comenzado a funcionar el teléfono automático en San Sebastián", recogieron los periódicos el 14 de junio de aquel año.Este teléfono automático, el primero de estas características que se instaló en España, cayó en desuso cuando fue desplazado en los años setenta por la tecnología digital y retirado a un museo de la Fundación Telefónica. La Escuela Superior de Ingenieros de San Sebastián, de la Universidad de Navarra, lo ha rescatado al recibirlo en depósito y le devolverá su operatividad instalándolo en una de sus aulas. La primera centralita de teléfonos de San Sebastián "servirá como ejemplo práctico del funcionamiento de un servicio conmutado para los alumnos que comiencen el próximo curso la nueva titulación de Ingeniería de Telecomunicaciones", explica Joaquín Denó, subdirector del departamento de Electrónica y Telecomunicaciones.

Fue en diciembre de 1908 cuando se formalizó la escritura de adjudicación de la red telefónica municipal de San Sebastián, que alcanzaba un radio de 15 kilómetros. Casi dos décadas después se instaló la máquina Rotary, una revolución tecnológica entonces. "Está hecha para dar cobertura a 10.000 líneas de abonados, aunque nunca se completaron durante los años en que estuvo funcionando", asegura Julio Fernández, el técnico encargado de ponerla en marcha, para lo que empleará "unos 20 días".

Pieza por pieza, bastidor tras bastidor, la instalación consistirá en ensamblar más de 500 aparatos hasta lograr un panel de 10 metros de largo y tres de alto, que es una "pequeña muestra del original", subraya el montador. El sistema electromecánico con que fue concebido, que no estaba adaptado para marcar números de abonado con nueve cifras, ni para realizar servicios de transmisión de datos, poseía todos los progresos técnicos en el campo de la telefonía a comienzos de siglo. Mejoraba ostensiblemente el artefacto original del profesor escocés Alexander Graham Bell, inventor del teléfono en 1876. Sólo 10 años después del descubrimiento San Sebastián contaba con un trazado telefónico que unía el Gobierno civil, la Alcaldía, Telégrafos y el cuartel de la Guardia Civil. Después se adjudicó la gestión telefónica municipal al Ayuntamiento donostiarra, que vendió en 1970 este servicio a Telefónica por 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros), según recoge un libro de María Luisa Ibisate sobre la Compañía Municipal de Telefónica.

La antigualla telefónica que guardará la Escuela de Ingenieros combina el "carácter sentimental, por regresar a la ciudad donde estuvo operativa, y el académico", advierte el profesor Joaquín Denó.

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