Fenómenos

Son unos fenómenos. En los últimos días, y en varios frentes, nuestros gobernantes de por aquí han dado claras señales de ello. Han demostrado que son capaces de decir una cosa sobre el Ivex y, poco después y sin torcer el gesto, la contraria; de defender sin vergüenza que Tómbola, el programa más cutre de la TV valenciana, sirve para promocionarnos en el extranjero; de asegurar que los saraos montados en la feria del turismo de Madrid son necesarios, aunque nadie venda una escoba; y de afirmar que el complejo de la Ciudad de las Ciencias generará nosecuantos miles de empleos, entre los que ...

Son unos fenómenos. En los últimos días, y en varios frentes, nuestros gobernantes de por aquí han dado claras señales de ello. Han demostrado que son capaces de decir una cosa sobre el Ivex y, poco después y sin torcer el gesto, la contraria; de defender sin vergüenza que Tómbola, el programa más cutre de la TV valenciana, sirve para promocionarnos en el extranjero; de asegurar que los saraos montados en la feria del turismo de Madrid son necesarios, aunque nadie venda una escoba; y de afirmar que el complejo de la Ciudad de las Ciencias generará nosecuantos miles de empleos, entre los que no tienen empacho en incluir los de los paletas que aún la construyen. Y conste que son sólo cuatro detalles; se podrían encontrar algunos ejemplos más que también demostrarían que nuestros dirigentes no se cortan lo más mínimo, de que son unos fenómenos. ¿Agujero?, ¿qué agujero? Ahora resulta que el "quebranto económico" del Ivex, que el propio Consell cifró en más de mil millones de pesetas cuando presentó una querella allá por noviembre, no existe. Alquien tendrá que explicar entonces el caso del quebranto que nunca existió. ¿Y qué me dicen de lo de Tómbola? La exportación de un programa a Suramérica se puede explicar de mil maneras, pero justificarla porque sirve para favorecer por allí un conocimiento más profundo de la Comunidad Valenciana... ¿Entonces por qué no lo han presentado en Fitur? Pregunta que nos lleva directamente al tercer tema, el del sarao en que el Consell convierte cada año, superándose edición tras edición, la presencia valenciana en el certamen madrileño. Y no me refiero sólo a la cutre recepción oficial que contaba Jaime Esquembre el otro día. ¿Para qué sirve todo eso si no es para que presidente, consejeros, subsecretarios, directores generales, alcaldes, concejales, diputados y sus respectivos séquitos pasen unos días en la capital, a todo trapo y con los gastos pagados? ¿Es el "turismo en una nueva dimensión" que vende ahora la Generalitat? Sobre el empleo en la Ciudad de las Ciencias, sólo un apunte: si todos los parámetros de ese complejo los calculan así, aviados estamos. Y todo esto en apenas tres días. Lo dicho, unos fenómenos, dignos de Expediente X. O de Fallerel.la.