Córdoba recuerda las revistas poéticas editadas entre 1939 y 1978
La consejera de Cultura, Carmen Calvo, inauguró ayer en Córdoba una exposición que, bajo el título Poesía en los años oscuros, recoge las revistas poéticas andaluzas que se editaron en el periodo comprendido entre los años 1939 y 1978. Esta muestra, que se podrá visitar hasta el 20 de febrero en la sala Cardenal Salazar, reúne 57 publicaciones por las que pasaron las más recientes generaciones de poetas andaluces.En el acto de inauguración, Carmen Calvo subrayó la importancia de esta exposición para los jóvenes puesto que "perder la memoria es muy peligroso y es una obligación que tenemos con ...
La consejera de Cultura, Carmen Calvo, inauguró ayer en Córdoba una exposición que, bajo el título Poesía en los años oscuros, recoge las revistas poéticas andaluzas que se editaron en el periodo comprendido entre los años 1939 y 1978. Esta muestra, que se podrá visitar hasta el 20 de febrero en la sala Cardenal Salazar, reúne 57 publicaciones por las que pasaron las más recientes generaciones de poetas andaluces.En el acto de inauguración, Carmen Calvo subrayó la importancia de esta exposición para los jóvenes puesto que "perder la memoria es muy peligroso y es una obligación que tenemos con la gente más joven de recordarle lo bueno y lo malo porque es la única manera de tener criterios para enfocar mejor el futuro".
El poeta cordobés Pablo García Baena, director del Centro Andaluz de las Letras, recordó que "en cada provincia había revistas, había jóvenes con un aire más o menos de conspiradores que se reunían para tratar de iluminar, de hacer más cotidiana y sensible aquella vida bastante terrible". García Baena fue, junto a Ricardo Molina, fundador de la revista Cántico en 1947.
"Estaba Alcaraván, que venía desde Arcos con su vuelo, trayéndonos noticias de Julio Mariscal, el poeta enorme de la sierra de Cádiz; llegaba Fernando Quiñones, divertidísimo siempre a lomos de Platero, tan joven entonces, pero ya con ese aire entre pirata y cronista de Al-Ándalus; llegaba Bernabé Fernández-Canivell tan cuidadoso con su revista, con esas páginas impolutas, purísimas de Caracola; llegaba Aquilino Duque con Aljibe, donde el agua servía para los desnudos, para la poesía en líneas de Rafael Alvarez Ortega, para los sonetos de Antonio Gala", evocó García Baena.