Tribuna:

Propuesta incomprensible

Hace ya algo más de diez años Jorge Semprún, a la sazón ministro de Cultura, pronunció una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Recuerdo que en el coloquio que siguió a la misma, el entonces catedrático de Derecho Constitucional de dicha facultad y en la actualidad presidente del Tribunal Constitucional, Pedro Cruz Villalón, le preguntó si, vista la distribución de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas operada por la Constitución y los Estatutos de Autonomía, tenía mucho sentido que siguiera existiendo un Ministerio de Cultura. Recuerdo que el ...

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Hace ya algo más de diez años Jorge Semprún, a la sazón ministro de Cultura, pronunció una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Recuerdo que en el coloquio que siguió a la misma, el entonces catedrático de Derecho Constitucional de dicha facultad y en la actualidad presidente del Tribunal Constitucional, Pedro Cruz Villalón, le preguntó si, vista la distribución de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas operada por la Constitución y los Estatutos de Autonomía, tenía mucho sentido que siguiera existiendo un Ministerio de Cultura. Recuerdo que el ministro se escabulló como pudo de una pregunta, que, por venir de quien venía, lo ponía, sin duda, en un aprieto.

Se me ha venido a la cabeza esta anécdota a la hora de hacer este comentario, porque en esta semana el tema de la tensión competencial en el ámbito de la cultura entre el Estado y las comunidades autónomas ha sido noticia desde dos perspectivas diferentes.

Por un lado, los partidos nacionalistas vasco, catalán y gallego, en su reunión de Vigo y con la vista puesta en las próximas elecciones generales, han solicitado expresamente como una de sus reivindicaciones la desaparición del Ministerio de Cultura. Por otro, en Andalucía, el PP ha propuesto, con la vista puesta en las elecciones autonómicas, la supresión de la Consejería de Cultura.

Desde el punto de vista constitucional es claro, como ya apuntó Cruz Villalón en su pregunta a Jorge Semprún, que la "cultura" es competencia de las comunidades autónomas. Y en este sentido la reivindicación de los partidos nacionalistas es de las pocas formuladas en Vigo que pueden ser atendidas sin necesidad de reformar la Constitución. Lo que no quiere decir que tenga que ser atendida automáticamente, ya que, políticamente se puede considerar conveniente que exista un Ministerio de Cultura junto a las consejerías correspondientes de las comunidades autónomas.

Lo que ya no se entiende muy bien es la propuesta de supresión de la Consejería de Cultura del programa electoral del PP. Y menos en una comunidad autónoma como Andalucía, de gran extensión territorial y con problemas nada ocultos de articulación interna. La cultura es un elemento esencial para cohesionar la población de un territorio y para potenciar el sentimiento de copertenencia a una misma comunidad. Es una competencia importante en todas las comunidades autónomas, pero tanto más cuanto más extenso es el territorio y numerosa la población. Andalucía ha sido siempre dos. Realmente sólo desde la entrada en vigor de la Constitución y el Estatuto de Autonomía ha empezado a ser una. Todo lo que se haga para reforzar ese carácter único de Andalucía es poco. Y, desde luego, la supresión de la Consejería de Cultura no va en esa dirección. Por eso, ni jurídica ni políticamente, se entiende muy bien la propuesta.

JAVIER PÉREZ ROYO

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