LAS CLAVES DE LA SEMANA

Justo Nieto es combustible

Dicho en términos taurinos, cortarse la coleta en cualquier actividad, profesión y sobre todo cargo público es un trámite que raramente se asume con gozo. Por lo general, nos resistimos o, con más frecuencia, nos resignamos a la ineluctabilidad del momento jubilar. Es muy humano pensar que todavía nos queda cuerda para alentar proyectos, especialmente si nos avala una hoja de servicios densa y brillante. En tales casos, hay que echar mano de la generosidad y equiparnos de la necesaria lucidez para no blindarnos frente al cambio que emerge, con el riesgo de que nos licencien a gorrazos. Es una ...

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Dicho en términos taurinos, cortarse la coleta en cualquier actividad, profesión y sobre todo cargo público es un trámite que raramente se asume con gozo. Por lo general, nos resistimos o, con más frecuencia, nos resignamos a la ineluctabilidad del momento jubilar. Es muy humano pensar que todavía nos queda cuerda para alentar proyectos, especialmente si nos avala una hoja de servicios densa y brillante. En tales casos, hay que echar mano de la generosidad y equiparnos de la necesaria lucidez para no blindarnos frente al cambio que emerge, con el riesgo de que nos licencien a gorrazos. Es una reflexión elemental, aunque pertinente, que Justo Nieto, rector de la Universidad Politécnica, debiera tomar en consideración en estos preludios electorales del centro que rige. Han sido trece años de gobierno incontestado y eficaz, por lo que comprendemos la inercia y, de manera singular, el temor al día siguiente, sin la clámide del poder. Pero ni este es vitalicio ni él puede empañar la misión que ha cumplido, y bien.

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