Cartas al director

Rafael Alberti, poeta en Roma

El pasado 16 de diciembre, Rafael Alberti hubiera cumplido 97 años, y él lo hubiera celebrado cenando con sus amigos, como tantas otras veces. En cambio, asistimos a absurdos conflictos por intereses materiales personales.Uno de los conflictos que más afligieron a Rafael en los últimos años fue el de su casa de Roma, habitada abusivamente por su antigua amiga catalana Beatriz, y que Rafael no consiguió desalojar en vida; tanto es así que las últimas veces que él ha venido a Roma no ha podido entrar en esa casa y ha tenido que dormir en el hotel Raphael de Piazza Navona y en el Inghilterra de V...

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El pasado 16 de diciembre, Rafael Alberti hubiera cumplido 97 años, y él lo hubiera celebrado cenando con sus amigos, como tantas otras veces. En cambio, asistimos a absurdos conflictos por intereses materiales personales.Uno de los conflictos que más afligieron a Rafael en los últimos años fue el de su casa de Roma, habitada abusivamente por su antigua amiga catalana Beatriz, y que Rafael no consiguió desalojar en vida; tanto es así que las últimas veces que él ha venido a Roma no ha podido entrar en esa casa y ha tenido que dormir en el hotel Raphael de Piazza Navona y en el Inghilterra de Via Mario dei Fiori, porque en Roma los tribunales son tan lentos que uno puede morirse antes de que llegue la sentencia.

Rafael ha sido siempre un poeta del pueblo y un buen comunista. Es lógico que sus bienes, a su muerte, sean bienes culturales públicos y no negocios particulares.

Él se preguntaba, la última vez que lo vi, si en Roma alguien le recordaría después de su muerte, si en Trastevere le dedicarían una calle, una plaza, un vicolo.

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Creo que España debe contribuir a este recuerdo y sería lógico que en su casa de Via Garibaldi se instalara una fundación, una biblioteca, un centro de cultura que, junto con el Instituto Cervantes y la Accademia di Spagna, representara la cultura española en Italia y se recordara la presencia de Rafael como sucede con la Casa de Cervantes en Bolonia.

Sería mucho mejor hablar de esto y no de la absurda barbaridad de 3.000 millones de patrimonio, que este "poeta en la calle" nunca tuvo ni en sueños. Si acaso serían 3.000 poesías de bellísimos colores y sonidos que brillan de noche en los cielos estrellados de Roma.- . .

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