Una transición sin sobresaltos
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El último gobernador del imperio ultramarino portugués, el general Vasco Rocha Vieira, de 60 años, sostiene que Lisboa "ha conseguido conciliar el fin de la descolonización con una transición digna en Macao; dejamos un territorio que, siendo pequeño, mantendrá su identidad, pero las garantías sobre su futuro habrá que pedírselas a China".Tras casi nueve años al frente del territorio, el general Rocha Vieira sale de Macao con la sensación del deber cumplido: "Hemos hecho un gran esfuerzo estos últimos años; hemos internacionalizado el territorio, dejamos una economía de mercado estable tras una crisis financiera grave, una legislación moderna y una cultura propia. Nunca tuvimos intenciones de dominio. Hemos conseguido una transición sin rupturas ni sobresaltos".
El general asegura no sentir una responsabilidad especial: "Estoy tranquilo. Las autoridades de Lisboa tienen la legitimidad para reivindicar un futuro próspero y estable para el territorio, pero las garantías habrá que pedírselas a China. Nosotros tenemos que estar alerta para comprobar que todo vaya bien".
El todavía gobernador rechaza cualquier paralelismo con Hong Kong: "Son dos procesos completamente diferentes. El caso de Hong Kong está basado en un sistema puramente económico, mientras Macao constituye un ejemplo singular de mezcla de culturas y tradiciones absolutamente único".
Sobre los problemas de seguridad por el control de los casinos de juego, la principal fuente de ingresos del territorio, el general Rocha Vieira afirma que las autoridades chinas controlarán sin dificultades el asunto: "Las tríadas que operan en Macao proceden, fundamentalmente, de China y Hong Kong, y Pekín conoce bien su funcionamiento. De hecho, la mayoría de los presos de Macao no son de aquí. El territorio no ha sufrido índices de violencia superiores a los de Europa. Macao es un lugar muy tranquilo".