La Diputación vizcaína apuesta por Bilbao Ría 2000 para impulsar la Intermodal, parada tras diez años de proyectos

La Diputación de Vizcaya apuesta por la sociedad interinstitucioal Bilbao Ría 2000 para desarrollar el proyecto de la estación Intermodal, que pretende unificar en un solo recinto todos los transportes públicos de la capital, pero que tras diez años de estudios ni siquiera tiene un proyecto definitivo. El titular de Obras y Transportes, José Félix Basozabal, desveló ayer ante las Juntas Generales el inicio de contactos con dicha sociedad para el trasvase de la gestión, hasta ahora en manos de la Diputación.Basozabal compareció para explicar la disolución, tras diez años de funcionamiento, de l...

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La Diputación de Vizcaya apuesta por la sociedad interinstitucioal Bilbao Ría 2000 para desarrollar el proyecto de la estación Intermodal, que pretende unificar en un solo recinto todos los transportes públicos de la capital, pero que tras diez años de estudios ni siquiera tiene un proyecto definitivo. El titular de Obras y Transportes, José Félix Basozabal, desveló ayer ante las Juntas Generales el inicio de contactos con dicha sociedad para el trasvase de la gestión, hasta ahora en manos de la Diputación.Basozabal compareció para explicar la disolución, tras diez años de funcionamiento, de la sociedad foral Gesprosa (ver EL PAÍS del 17 de octubre), creada para desarrollar un plan que ha costado 2.213 millones de pesetas: 1.436 en estudios (entre ellos 1.282 del proyecto elaborado por el arquitecto británico Michael Wilford) y el resto, del funcionamiento de Gesprosa, según los datos aportados ayer por el diputado vizcaíno.

Justificó la disolución de la sociedad foral porque su misión, que limitó a la elaboración del proyecto, había concluido. Basozabal, ante los críticas de la oposición, defendió el trabajo de Gesprosa. "En sus diez años de vida se ha hecho un gran proyecto", dijo y atribuyó la paralización del plan a las reticencias del Gobierno central. El gran problema de esta infraestructura ha sido la oposición de Renfe, cuya aprobación es clave, pues la ubicación elegida es la estación central de Abando, a unas obras presupuestadas en 40.000 millones, de las que 25.000 recaerían en la iniciativa privada a cambio de habilitar viviendas, oficinas y locales.

Los partidos de la oposición coincidieron en calificar de "innecesaria" a Gesprosa. José Luis Conde, de Izquierda Unida, dijo que la disolución podía haberse realizado antes y "obedece a otros motivos". Txema Pico, de EH, también criticó los 800 millones gastados, afirmó que el obstáculo al desarrollo de la Intermodal es "político" y censuró que las gestiones puedan pasar a Bilbao Ría 2000, "porque se debilitará el control político y democrático". Ana Reka, del PNV, atribuyó la disolución "a un nuevo enfoque" del asunto.

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