1.468.049 controles preventivos en un año
Hasta mayo pasado, España era uno de los países europeos con las tasas de alcohol más permisivas para conducir. A partir de ese mes se equipararon a las del resto de Europa (0,5 gramos por litro de sangre para los conductores en general y 0,3 para los profesionales del transporte de viajeros y de mercancías), en la convicción de que la reducción a esas tasas serviría, como en el resto de la UE, para bajar un 15% el número de muertos.Un estudio encargado por el Consejo de Seguridad de Tráfico asegura que el alcohol modifica la capacidad del conductor desde niveles inferiores a 0,5 gramos (unas ...
Hasta mayo pasado, España era uno de los países europeos con las tasas de alcohol más permisivas para conducir. A partir de ese mes se equipararon a las del resto de Europa (0,5 gramos por litro de sangre para los conductores en general y 0,3 para los profesionales del transporte de viajeros y de mercancías), en la convicción de que la reducción a esas tasas serviría, como en el resto de la UE, para bajar un 15% el número de muertos.Un estudio encargado por el Consejo de Seguridad de Tráfico asegura que el alcohol modifica la capacidad del conductor desde niveles inferiores a 0,5 gramos (unas dos cervezas en un hombre en ayunas de peso medio, o una y media en una mujer), incluso en algunas personas los efectos se manifiestan a partir del 0,2 o 0,3 gramos por litro. Por esta razón el pleno de este Consejo ha recomendado que se aumenten los controles preventivos mediante la programación de campañas trimestrales, especialmente en determinadas zonas y horas.
En los últimos años los controles preventivos de alcoholemia en carretera han crecido progresivamente, desde los 493.000 de 1983 hasta 1.468.049 el año pasado. El porcentaje de positivos varía en torno al 3,5% y 4,48%. Durante el primer semestre de este año, según Tráfico, se han realizado 949.930 pruebas, 175.525 más que en el mismo periodo del año pasado, lo que supone un incremento del 22%.
En 1998 resultaron positivas 58.890 pruebas. Este dato, si se extrapola al conjunto de los conductores, implica que 650.000 han circulado con tasas de alcoholemia superiores a las legales. Los que rehúsan someterse a la prueba del alcoholímetro o etilómetro disminuyen: en 1998 fueron 461, 84 menos que el año anterior.