Ocho años en soledad

Una de cada diez viviendas de Euskadi (un total de 77.609) permanece a oscuras durante los 365 días del año. Los expertos las consideran deshabitadas, ya que su ocupación desde enero a diciembre es nula. Si este parque de viviendas saliera al mercado de venta o de alquiler los problemas de acceso a los pisos para una importante parte de la sociedad vasca (especialmente los jóvenes entre 24 y 35 años) se verían mitigados. Los altos precios existentes en la actualidad les impiden pensar en independizarse y trasladarse a un hogar diferente al de sus padres.

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Una de cada diez viviendas de Euskadi (un total de 77.609) permanece a oscuras durante los 365 días del año. Los expertos las consideran deshabitadas, ya que su ocupación desde enero a diciembre es nula. Si este parque de viviendas saliera al mercado de venta o de alquiler los problemas de acceso a los pisos para una importante parte de la sociedad vasca (especialmente los jóvenes entre 24 y 35 años) se verían mitigados. Los altos precios existentes en la actualidad les impiden pensar en independizarse y trasladarse a un hogar diferente al de sus padres.

a El informe sobre pisos vacíos servirá al departamento para ajustar algunas directrices de su Plan Director Etxebide 2000-2003, que es el documento estratégico en política de vivienda. Todos los datos contenidos en el estudio ayudarán a entender mejor por qué un piso puede permanecer vacío incluso durante ocho años, como es la media de la mayoría de las viviendas deshabitadas censadas.

Aún siendo grave en cualquier comunidad, el fenómenos de los pisos vacíos en Euskadi lo es más: sus tres capitales se han situado entre las cinco ciudades de España con los pisos más caros, lo que agrava la situación de las 44.000 personas que en Euskadi declararon en 1998 que necesitaban acceder a su primera vivienda.

La edad media de estos demandantes es de 27 años y la inmensa mayoría tiene empleo. Sin embargo, los trabajos temporales son los más numerosos (47%). Además, seis de cada diez no podría pagar más de 12 millones de pesetas por un piso, incluyendo el préstamo solicitado a la entidad financiera. Esta cantidad se encuentra muy lejos de las exigencias actuales del mercado: un piso nuevo en Bilbao cuesta 24,6 millones de media y uno usado 24,9; en Vitoria, el nuevo sale a 22,9 y el de segunda mano a 32,8 y en San Sebastián, cuestan 38,5 y 46,5 millones respectivamente.

Una de cada diez viviendas del País Vasco permanece vacía a lo largo de todo el año Tan sólo el 6% de las 107.000 residencias desocupadas se pone a la venta o para alquilar

Según un estudio interno elaborado por el Departamento de Vivienda durante los dos últimos años y cerrado la pasada semana, en los pueblos y ciudades de Euskadi existen 107.544 pisos y residencias vacías (un 13,1% del parque total). Dentro de la categoría de pisos vacíos, los responsables del trabajo diferencian entre los de segunda residencia -su uso es parcial y se utilizan en función del fin de semana o de la temporada de verano- y los deshabitados, que no se ocupan en ningún momento y permanecen en esta situación durante años, en algunos casos para especular con ellos y en otros porque no tienen condiciones de habitabilidad. Estos últimos (77.609) son los que despiertan la inquietud del Gobierno.A su vez, dentro de las viviendas deshabitadas el informe distingue las que se concentran en los núcleos urbanos y las de los pueblos. En el conjunto de las ciudades vascas hasta un 6,5% de sus pisos (45.692) está desocupado de manera permanente.

Por provincias, en Álava el 14,1% de las viviendas están vacías; en Vizcaya el porcentaje es del 12,4% y en Guipúzcoa del 13,7%. Álava cuenta con 16.076 casas vacías, debido en gran parte a la despoblación del medio rural y al uso como segunda residencia de algunas viviendas, de manera especial en la Rioja alavesa. En Guipúzcoa se han censado 36.440 y en Vizcaya 55.028.

En cuanto a las viviendas deshabitadas en las capitales -el principal foco del problema-, en Bilbao existen 8.596 de un parque total de 137.968; en Vitoria hay 4.000 para un total de 76.301 y en San Sebastián los pisos que están desocupados todo el año llegan a los 3.979 frente a los 59.000 que sí tienen residentes.

Especular e invertir

El fenómeno de la vivienda deshabitada no es ajeno al de la especulación. Así, ocurre que muchos pisos se retienen durante una temporada y luego salen a la venta, siempre en función de cómo fluctúe el mercado inmobiliario.

El informe del departamento que dirige Patxi Ormazabal cifra en un 15% las viviendas desocupadas que se compran pensando en reservarlas para los hijos; otro 9% tiene por objetivo generar rentas; un 6% se destina a la compra-venta y un 5% a la inversión. El resto se adquieren como segunda residencia.

Se da la paradoja de que la carestía de la vivienda es el mayor problema al que se tiene que enfrentar la consejería y, sin embargo, Euskadi dispone de un amplio parque de pisos deshabitados. Pero el caso es que sus propietarios no muestran ningún interés en sacarlos al mercado de alquiler o a la venta. Según el informe, tan sólo algo más del 3% de las viviendas están en oferta de alquiler, un porcentaje similar a las que están en venta. De esta forma, la oferta conjunta apenas supera el 6%. El trabajo concluye que si estas viviendas salieran al mercado inmobiliario se mitigarían los esfuerzos inversores que los ciudadanos deben realizar a la hora de comprar un piso.

El director del gabinete del consejero, Miguel Ángel Delgado, señaló a este periódico la necesidad de penalizar fiscalmente a los propietarios de pisos vacíos que se niegan a sacarlos a alquiler o a la venta. "Hay iniciativas de ayudas y subvenciones de los ayuntamientos, del Gobierno y de las diputaciones encaminadas a movilizar la vivienda vacía, pero de momento no han tenido éxito".

En 1997 el Gobierno vacso puso en marcha un programa de ayudas a los propietarios de viviendas vacías que estuvieran en mal estado de conservación. La idea es dar préstamos a bajo interés para la rehabilitación de esos pisos y que después salgan al mercado en condiciones ventajosas de alquiler para los ciudadanos con menos recursos. La iniciativa ha fracasado. En tres años tan sólo cuatro propietarios se han interesado por el programa. La previsión del Ejecutivo era movilizar al menos 1.500 viviendas vacías.

"Existe un divorcio entre lo que el Gobierno ofrece y a lo que el ciudadano aspira. Una medida coercitiva sería más eficaz", zanjó Delgado.

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