TRIBUNALES

El Tribunal Superior de Justicia prohíbe por tercera vez a Medio Ambiente que dé licencias del "parany"

Un auto reciente del Tribunal Superior de Justicia ha vuelto a suspender, y ya van tres veces, la orden de la Consejería de Medio Ambiente por la que se fijan los periodos hábiles de caza al abrir la puerta al sistema de caza llamado parany. La orden, dictada por la consejería el 7 de junio pasado, se reservaba la posibilidad de dar licencia de caza de tordos mediante el sistema de la pegajosa liga. Y pese a que finalmente no ha dado ningún permiso, Acció Ecologista-Agró, que recurrió la norma, asegura que han proliferado los parany por toda la Comunidad sin que la consejería haya puesto denun...

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Un auto reciente del Tribunal Superior de Justicia ha vuelto a suspender, y ya van tres veces, la orden de la Consejería de Medio Ambiente por la que se fijan los periodos hábiles de caza al abrir la puerta al sistema de caza llamado parany. La orden, dictada por la consejería el 7 de junio pasado, se reservaba la posibilidad de dar licencia de caza de tordos mediante el sistema de la pegajosa liga. Y pese a que finalmente no ha dado ningún permiso, Acció Ecologista-Agró, que recurrió la norma, asegura que han proliferado los parany por toda la Comunidad sin que la consejería haya puesto denuncias.El parany, que consiste en untar ramas con un pegamento para que los pájaros se queden pegados, es un sistema tradicional de caza muy criticado por los ecologistas. Argumentan que aparte de ser cruel (los animales quedan atrapados durante días luchando por liberarse), no es un método selectivo, es decir, que caen en la trampa muchas otras especies de animales. Dos circunstancias prohibidas por ley.

Por eso, Agró ha abierto un frente judicial que hasta el momento se ha saldado con inútiles victorias. Así, en 1995 ya disfrutaron de una sentencia del TSJ favorable a su tesis que revocaba todas las licencias del parany concedidas en 1994 (unas 4.000 anuales, la mayoría en Castellón). La consejería recurrió la sentencia y tres años después el Supremo todavía no ha dicho la última palabra. Entretanto, el Consell ha seguido dando puntualmente (salvo esta temporada) las licencias. Ante esta situación, Agró volvió a denunciar los hechos en 1998 y el TSJ falló también a su favor. En su campaña hasta llegaron a denunciar por prevaricación al director general de la consejería que firmó las autorizaciones.

La de ahora es la tercera. "Ganamos todas las sentencias, pero sirven de poco", se lamenta Rafael Pardo, portavoz de los ecologistas.

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