El crecimiento de la población no cubre la demanda laboral de Lleida Antes de cinco años será necesaria mano de obra inmigrante

El envejecimiento de la población y el bajo índice de natalidad que se registra en la comarca del Segrià harán que dentro de cinco años falte mano de obra y se tenga que recurrir a la contratación de extranjeros. Ésta es una de las conclusiones del estudio L"economía de l"àrea urbana de Lleida y del Segrià a les portes del segle XX, elaborado por Caixa de Catalunya. Lleida ya se ve obligada a recurrir a la mano de obra procedente de la inmigración en las campañas de recolección de la fruta.

El informe, presentado el pasado jueves por su autor, Josep Oliver, catedrático de Economía Aplic...

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El envejecimiento de la población y el bajo índice de natalidad que se registra en la comarca del Segrià harán que dentro de cinco años falte mano de obra y se tenga que recurrir a la contratación de extranjeros. Ésta es una de las conclusiones del estudio L"economía de l"àrea urbana de Lleida y del Segrià a les portes del segle XX, elaborado por Caixa de Catalunya. Lleida ya se ve obligada a recurrir a la mano de obra procedente de la inmigración en las campañas de recolección de la fruta.

El informe, presentado el pasado jueves por su autor, Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, advierte de que a partir del año 2005 la falta de trabajadores será un problema cada vez más acusado. Por esta razón, necesariamente se tendrá que recurrir a los inmigrantes para satisfacer la demanda del mercado laboral, especialmente en dos sectores como la agricultura y la construcción, que representan el 21% de la renta comarcal.Josep Oliver indicó que el origen del problema que se aproxima radica en la estructura demográfica de Lleida, que dibuja una pirámide de población que en los últimos 15 años ha envejecido de forma extraordinaria. A ello hay que añadir la baja tasa de paro existente en la provincia de Lleida. En 1986 el 24% de la población del Segrià tenía menos de 14 años y en 1996 el porcentaje era del 15 %. Paralelamente, en el mismo periodo, la población de más de 65 años pasó del 11% al 17%.

El autor del estudio advierte de que dentro de 11 años, si la economía leridana crece al ritmo actual, se necesitarán más de 30.000 trabajadores, por lo que se debe empezar a pensar desde este mismo momento en la manera de atraer mano de obra permanente de otros países y en diseñar políticas de inmigración para afrontar la nueva realidad social que se creará.

Desde hace años, las comarcas de Lleida ya tienen que recurrir a la mano de obra procedente de la inmigración, aunque sólo durante las campañas de recolección de la fruta. Es un trabajo duro y mal pagado que la población autóctona no se ve obligada a realizar, dada la baja tasa de paro que existe en estas comarcas.

Políticas de integración

La llegada masiva de inmigrantes, en su mayoría de origen magrebí, durante las temporadas de recolección de la fruta ya ha originado más de un altercado de carácter racista. Si, tal como se prevé, en un futuro próximo aumenta el número de trabajadores inmigrantes, y no sólo temporeros, se hará cada vez más necesaria una política de integración de esta nueva población, apunta el estudio de Oliver .

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El informe señala que la economía leridana ha crecido en esta década por debajo de la media catalana debido básicamente a tres factores: las catástrofes naturales, que han mermado la producción agraria (sequía, heladas y pedrisco); la peste porcina clásica, que diezmó la cabaña y provocó un espectacular hundimiento de los precios, y el escaso empuje de la industria. Entre 1990 y 1999, el producto interior bruto (PIB) de Lleida creció un 16,5%, casi nueve puntos menos que la media catalana.

A pesar de que la falta de mano de obra puede significar un estancamiento de la economía de Lleida, Oliver plantea un futuro esperanzador si se sabe aprovechar todo su potencial, la cualificación profesional de su población activa y su situación estratégica.

Para ello, la comarca del Segrià y su capital, Lleida, deberán realizar un significativo esfuerzo en los próximos años para mejorar sus infraestructuras de comunicación con Barcelona y con la zona centro y norte de España. En este sentido, la finalización del tramo de autovía entre Cervera e Igualada y la entrada en servicio del tren de alta velocidad (AVE) deberían significar un punto de partida para intensificar las relaciones comerciales entre las comarcas de Lleida y el área metropolitana de Barcelona. Además, para aumentar el nivel económico, Lleida y su área de influencia, formada por 44 municipios de cuatro comarcas, deberán apostar fuerte por mejorar los servicios públicos, según señala el estudio de Josep Oliver.

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