Solana pide a la UE más inversiones militares para ser tomada en serio

El escenario de la defensa europea está cambiando a una velocidad vertiginosa. Hace apenas ocho meses, antes de la intervención de la OTAN en Kosovo, ningún político europeo se hubiera atrevido a pedir en público un rearme de los países de la UE. Ayer, a la luz de las carencias manifestadas en los Balcanes, Javier Solana pidió a los Quince un aumento de las capacidades militares europeas "si esperamos que nos tomen en serio".El pasado lunes, los ministros de Exteriores y de Defensa, en una histórica reunión conjunta, dibujaron un amplio consenso para lanzar en la próxima cumbre de Helsinki, en...

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El escenario de la defensa europea está cambiando a una velocidad vertiginosa. Hace apenas ocho meses, antes de la intervención de la OTAN en Kosovo, ningún político europeo se hubiera atrevido a pedir en público un rearme de los países de la UE. Ayer, a la luz de las carencias manifestadas en los Balcanes, Javier Solana pidió a los Quince un aumento de las capacidades militares europeas "si esperamos que nos tomen en serio".El pasado lunes, los ministros de Exteriores y de Defensa, en una histórica reunión conjunta, dibujaron un amplio consenso para lanzar en la próxima cumbre de Helsinki, en diciembre, una fuerza europea de intervención rápida y un nuevo núcleo institucional para la defensa, Comité Militar incluido.

Ayer, en el pleno del Parlamento Europeo, Javier Solana -que apenas lleva un mes en su nuevo cargo de Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común, más conocido como señor PESC- dio otra vuelta de tuerca y abordó uno de los aspectos más delicados desde el punto de vista de las opiniones públicas: el aumento de la capacidad militar. O, lo que es lo mismo, el aumento del gasto en Defensa.

Solana subrayó que los nuevos objetivos en seguridad y defensa son "un desafío que exigirá a los Estados miembros considerar atentamente las prioridades y tomar, quizá, algunas decisiones difíciles, o al menos no fáciles, sobre asignación de recursos". "Será necesario un replanteamiento de las prioridades, la puesta en común de recursos y el reparto multinacional de tareas".

"No seremos creíbles si nos limitamos a mejorar los mecanismos institucionales y burocráticos. Si queremos que la opinión pública apoye la política europea de Seguridad y Defensa, es preciso que esté convencida de nuestra voluntad y de nuestra capacidad de dotarnos de los medios adecuados", añadió. "Si esperamos que nos tomen en serio, debemos demostrarlo. Ello significa fortalecer considerablemente nuestras capacidades militares. Si somos serios, nuestros aliados estarán más dispuestos a facilitarnos sus recursos", precisó.

La influencia de Kosovo

La intervención de Solana en el Parlamento Europeo revela la profunda influencia que el conflicto de Kosovo va a tener en la UE. Su propio nombramiento es un reflejo de esa influencia: su papel como secretario general de la OTAN y su capacidad para impulsar la identidad europea de defensa sin provocar conflictos con EEUU han sido dos factores decisivos. El hecho mismo de que el señor PESC sea finalmente un político, y no un diplomático o un funcionario, es también una consecuencia de las carencias reveladas en Kosovo y la evidencia de que, sin la participación de Estados Unidos, Europa nunca hubiera podido intervenir.Esos cambios tendrán consecuencias políticas, pero también económicas. Todo indica que los presupuestos de defensa empezarán a crecer. En parte para costear la transformación de los Ejércitos de leva en fuerzas profesionales. Y en parte también para pagar los gastos que originará la nueva política.

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Pero en época de austeridad, como la que vive la Europa del euro, no todo el rearme se basará en un aumento del gasto. Los Quince quieren, sobre todo, reorientar los presupuestos de defensa, equivalentes ahora al 70% del gasto militar de Estados Unidos, de forma que las prioridades no se hagan tanto en función de las necesidades nacionales como pensando en el gasto común de la Unión. Pero eso generará enormes tensiones en una UE acostumbrada a hacer las cuentas comunes en clave de beneficio nacional.

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