Repsol aparca de momento el intento de fusión con Iberdrola por las reticencias de sus socios

El intento de fusión entre la petrolera Repsol y la eléctrica Iberdrola para formar un gran grupo energético ha quedado frenado, de momento. Los problemas generados con algunos de los accionistas de Repsol han llevado a que las dos empresas implicadas hayan decidido esperar. El grupo petrolero, sin embargo, no quiere demorar mucho la operación, y si no le salen los planes en España, buscará la solución fuera de sus fronteras. El Gobierno se ha limitado a decir que velará para que la operación no perjudique a los usuarios, similar posición a la de Bruselas.

"Desde hace cuatro años trazam...

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El intento de fusión entre la petrolera Repsol y la eléctrica Iberdrola para formar un gran grupo energético ha quedado frenado, de momento. Los problemas generados con algunos de los accionistas de Repsol han llevado a que las dos empresas implicadas hayan decidido esperar. El grupo petrolero, sin embargo, no quiere demorar mucho la operación, y si no le salen los planes en España, buscará la solución fuera de sus fronteras. El Gobierno se ha limitado a decir que velará para que la operación no perjudique a los usuarios, similar posición a la de Bruselas.

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"Desde hace cuatro años trazamos una estrategia de expansión en la que uno de los pilares básicos es la integración; queremos crear una gran compañía energética española". Esa integración, a la que se refiere un portavoz del grupo Repsol, consiste en ampliar al sector eléctrico su presencia en petróleo y gas natural. Es una vieja idea en el grupo petrolero, aunque no habitual en el mundo. No existe ningún grupo petrolero en el mundo que tenga una ramificación eléctrica como pretende Repsol. Pero eso no es un inconveniente. "Tampoco lo había en gas natural cuando nosotros apostamos por este segmento y luego nos siguieron muchas de las principales empresas del mundo", manifiesta el portavoz, que añade: "Los dueños del gas son las petroleras y la salida es la electricidad".Para abordar este proyecto, Repsol siempre ha pensado en Iberdrola, empresa con la que tiene un punto común, el Banco Bilbao Vizcaya (BBV), que tiene el 9,9% de la petrolera y el 7,5% de la eléctrica, que además, tiene el 3,5% de Repsol. Tampoco ha hecho ascos a la concentración la eléctrica que preside Íñigo Oriol. Pero el mutuo interés de las dos partes salió a la luz a destiempo y provocó reacciones contrarias de otros socios del grupo petrolero, en el que La Caixa cuenta con otro 9,9% del capital y Endesa, el 3,5%. La entidad catalana, además, participa con Repsol en Gas Natural.

Tampoco le ha gustado a la Comisión de la Energía haberse enterado por la prensa de las negociaciones. Al presidente del organismo regulador, Pedro Meroño, le parece "un mal hábito" que Repsol no haya presentado sus estudios sobre la eventual fusión.

Todo este revuelo provocó que Repsol enviara una comunicación, como hecho relevante, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que sostiene que los contactos con la eléctrica forman parte de "un contexto general de análisis de opciones de crecimiento e integración del sector energético".

Iberdrola, por su parte, convocó de forma urgente a su consejo de administración para analizar la operación. "La empresa siempre está abierta a proyectos de crecimiento que supongan un incremento de valor para el accionista, pero siempre mediante un proceso de negociación", señaló ayer un portavoz de la compañía.

El problema que puede surgir en esta alianza se centra en la competencia. El Gobierno español ya reseñó que iba a velar por que se cumplieran las reglas de la competencia. Así lo declaró también ayer la vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio. Esos problemas podrían obligar, en el caso de que la fusión siga adelante, a desprenderse de activos y, sobre todo, a acelerar la liberalización del mercado del gas, que Gas Natural prácticamente tiene bajo monopolio. El secretario de Estado de economía, Cristóbal Montoro, sostiene, no obstante, que la fusión no atenta a la libre competencia. Expertos consultados recuerdan que ha habido megafusiones en Europa y que no han sido necesarias muchas concesiones.

Temor a una OPA

El proyecto ha quedado aparcado. "Se ha quedado con el freno atascado", en palabras de un analista conocedor de la operación. Pero no está abandonado. Repsol quiere a todo trance crear un gran grupo energético y ha advertido de que si no lo hace con Iberdrola, no le quedará más remedio que buscar otras posibilidades, lo que implica mirar fuera de España. "Si seguimos jugando a los chinos, habrá que salir fuera", dicen gráficamente las fuentes consultadas de Repsol.La obsesión del grupo que preside Alfonso Cortina es alcanzar una musculatura suficiente para situarse en el sector energético mundial en plan de igualdad con los gigantes y encarecer cualquier intento de oferta pública de adquisición (OPA). Y es que Repsol, sobre todo tras la compra de la argentina YPF, es una empresa que resulta apetitosa a las grandes.

El peligro de una OPA también se cierne sobre la cabeza de Iberdrola. La eléctrica es mucho más vulnerable que Repsol y, sobre todo, que su principal competidor, Endesa. Esa misma razón ha sido esgrimida por los que defienden su integración con Repsol. Esas fuentes sostienen, además, que las empresas europeas quieren seguir creciendo y apuntan a Francia (Electricité de France) y Alemania (RWE).

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