El Bages debería doblar la inversión actual contra los incendios forestales

La comarca del Bages precisaría el doble de la inversión prevista para tener garantías de que futuros incendios forestales no provocarán daños ecológicos irreparables de gran magnitud, como sucedió en los años 1986, 1994 y 1998. A esta conclusión ha llegado un grupo de investigadores del departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigidos por Rufí Cerdan, en un trabajo titulado: Planificación territorial y organización de la lucha contra los incendios forestales del Bages.

Esta investigación, dotada con un premio de la Fundación Caixa de Manresa, fue presentada...

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La comarca del Bages precisaría el doble de la inversión prevista para tener garantías de que futuros incendios forestales no provocarán daños ecológicos irreparables de gran magnitud, como sucedió en los años 1986, 1994 y 1998. A esta conclusión ha llegado un grupo de investigadores del departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigidos por Rufí Cerdan, en un trabajo titulado: Planificación territorial y organización de la lucha contra los incendios forestales del Bages.

Esta investigación, dotada con un premio de la Fundación Caixa de Manresa, fue presentada anoche en la capital del Bages. Esta comarca, con más de 30.000 hectáreas calcinadas, figura en segundo lugar, tras el Alt Empordà (32.000), en masa forestal perdida por incendios en los últimos 15 años en Cataluña y la que más zona arbolada ha perdido (25.000 hectáreas). Las inversiones programadas para los próximos años en el Bages suman 533 millones de pesetas, mientras que el estudio estima que deberían invertirse 1.022 en la reducción de la masa forestal para menguar la combustibilidad, construir cortafuegos, mejorar los caminos forestales, instalar puntos de toma de agua, ampliar el número de parques de bomberos y dotarlos de más material de extinción.

El trabajo no se limita a hacer la lista de carencias materiales de la situación actual en una comarca de Cataluña, sino que también analiza con espíritu crítico la acción en la previsión y en la extinción de incendios que se ha llevado a cabo en los últimos años en Cataluña. Reclama, en este sentido, una coordinación verdadera entre las administraciones implicadas, sobre todo entre la Generalitat y la Diputación, instituciones que actúan sin tener en cuenta la comarca y sin tenerse en cuenta entre ellas.

Los expertos también reclaman la creación de un ente único comarcal con poder de decisión para ordenar la acción tanto antes como durante el incendio y consideran necesario que cualquier acción que se tome en el futuro cuente con la implicación de los principales afectados, los agricultores.

El estudio se adentra asimismo en la causalidad de los incendios para determinar las zonas más vulnerables, las que se encuentran en la transición entre la zona urbana y la zona rural, en las que la empresa Fecsa debe emprender una acción decidida. Esta compañía es responsable del 13% de los incendios que se declaran en la comarca del Bages, a pesar de que en el conjunto de Cataluña sólo se le atribuye el 4%. Asimismo, el estudio sugiere la realización de campañas de sensibilización entre los payeses, dado que el 11% de los incendios tiene un origen relacionado con las quemas de pastos, las actividades agrarias y las forestales.

Por último, el trabajo insiste en la falta de recursos del cuerpo de bomberos en la Cataluña central. El Bages es la comarca catalana con peor relación entre la cifra de hectáreas de masa arbórea quemada y el número de bomberos. Entre las cinco primeras comarcas de esta mala relación están el Berguedà, Solsonès y Anoia: un argumento para reclamar la creación de una quinta división del cuerpo de bomberos.

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