Cartas al director

Estragos de la construcción nacional

El pasado miércoles día 27, los cachorros del terrorismo intentaban destruir en el campus de Vitoria el automóvil de mi amigo José María Portillo (un caso más en la habitual sección de efectos colaterales de la construcción nacional que los periódicos incluyen en sus páginas cada día). Era la segunda vez en pocos meses que nuestros euskofascistas atentaban contra este profesor de la Universidad del País Vasco. Tal vez porque su palabra libre e insumisa molesta demasiado a los gerifaltes que, para vergüenza nuestra, acampan actualmente en los aledaños del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca...

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El pasado miércoles día 27, los cachorros del terrorismo intentaban destruir en el campus de Vitoria el automóvil de mi amigo José María Portillo (un caso más en la habitual sección de efectos colaterales de la construcción nacional que los periódicos incluyen en sus páginas cada día). Era la segunda vez en pocos meses que nuestros euskofascistas atentaban contra este profesor de la Universidad del País Vasco. Tal vez porque su palabra libre e insumisa molesta demasiado a los gerifaltes que, para vergüenza nuestra, acampan actualmente en los aledaños del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca.Pocos días antes, el rector Pello Salaburu reconocía ante la prensa (El Correo, 18 de octubre de 1999) que, a instancias de HB y del PNV, había retirado la demanda de la UPV contra tres exprofesores asociados, pertenecientes al llamado "entorno radical", acusados de desórdenes públicos, extorsiones y amenazas por unos hechos ocurridos en 1996 en el campus de Lejona. La generosidad de Salaburu, muy en el espíritu de Lizarra, asciende un peldaño más en la impunidad de que se beneficia el conglomerado ETA-EH, bajo el paraguas del PNV y EA. Impunidad que las bochornosas declaraciones del consejero del Interior del Gobierno autónomo, Javier Balza, a propósito de la detención de una conocida terrorista, contribuyen, si cabe, a realzar.

Por fortuna, el País Vasco no es -todavía- un Estado independiente. Si lo fuese, en las condiciones políticas actuales -Gobierno excluyente basado en un nacionalismo sectario, persecución de los disidentes, impunidad de los "paramilitares-, con los derechos de una parte de la ciudadanía seriamente constreñidos por la amenaza y la coacción cotidiana, ¿alguien de verdad cree que estaría en condiciones de homologarse en nuestro entorno europeo como un Estado democrático?- Profesor de la UPV.

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