Popular por honrada
El impredecible presidente Abdurrahman Wahid es hombre de extraordinarios recursos. Lo demostró ayer, en la primera ocasión que se le presentó, al sumar a su equipo a Negawati Sukarnoputri, en la que no cree como política, pero necesita como líder de masas.La opinión poco caritativa de Wahid sobre su vicepresidenta -"es tonta", tiene dicho- es compartida por las élites intelectuales de Yakarta, desconfiadas ante la cautela de sus pocas manifestaciones, la falta de pronunciamientos políticos concretos, su carencia de un proyecto de Estado, su incapacidad intelectual para debatir o su aire como ...
El impredecible presidente Abdurrahman Wahid es hombre de extraordinarios recursos. Lo demostró ayer, en la primera ocasión que se le presentó, al sumar a su equipo a Negawati Sukarnoputri, en la que no cree como política, pero necesita como líder de masas.La opinión poco caritativa de Wahid sobre su vicepresidenta -"es tonta", tiene dicho- es compartida por las élites intelectuales de Yakarta, desconfiadas ante la cautela de sus pocas manifestaciones, la falta de pronunciamientos políticos concretos, su carencia de un proyecto de Estado, su incapacidad intelectual para debatir o su aire como de maestra de escuela que se dirige a unos niños.
Mega, como es conocida en Indonesia, no habrá expresado ideas políticas claras -fuera de su genérico interés por mejorar la suerte de los pobres y de los desheredados, la mitad de la población, y hacer una Indonesia grande y fuerte, cuanto más, mejor, en la línea de lo que quería su padre, el presidente de la independencia-, pero es vista por las masas como alguien que se enfrentó a Suharto y como heredera de un político que rigió el país sin meter la mano en las arcas públicas.
Ella parece consciente de sus limitaciones: apenas estudió dos años de agricultura y dos de psicología, pero se ha rodeado de gente joven y cualificada.