Dimite el fiscal que dirigió el 'caso Lewinsky' en Estados Unidos

Kenneth Starr, el controvertido fiscal independiente que impulsó el primer y único juicio por el Congreso de un presidente de Estados Unidos en este siglo, dimitió ayer. Starr fue sustituido por su ayudante Robert Ray, un jurista que hasta enero de 1998 figuraba registrado como votante del Partido Demócrata. Uno de los tres jueces del tribunal que ayer tomó juramento a Ray le pidió que actúe con "particular rapidez" para terminar con la investigación sobre los casos abiertos por Starr contra Bill Clinton y su esposa Hillary.Esa investigación dura ya cinco años y ha costado más de 40 millones d...

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Kenneth Starr, el controvertido fiscal independiente que impulsó el primer y único juicio por el Congreso de un presidente de Estados Unidos en este siglo, dimitió ayer. Starr fue sustituido por su ayudante Robert Ray, un jurista que hasta enero de 1998 figuraba registrado como votante del Partido Demócrata. Uno de los tres jueces del tribunal que ayer tomó juramento a Ray le pidió que actúe con "particular rapidez" para terminar con la investigación sobre los casos abiertos por Starr contra Bill Clinton y su esposa Hillary.Esa investigación dura ya cinco años y ha costado más de 40 millones de dólares. Starr, que anunció que regresará al ejercicio privado del Derecho, alcanzó notoriedad internacional cuando acusó a Clinton de perjurio y obstrucción a la justicia por negar bajo juramento haber sostenido relaciones sexuales en la Casa Blanca con la becaria Monica Lewinsky. Estas acusaciones fueron aceptadas por la Cámara de Representantes de EEUU, que procesó formalmente al presidente y recomendó su destitución, algo que no ocurría desde 1868.

En el juicio, celebrado en el Senado el pasado invierno, Clinton, a falta de una mayoría en su contra, fue absuelto de los cargos. Pero Starr, que fue tildado de Torquemada por ocuparse del caso Lewinsky, deja abiertos asuntos de los que se ocupará Ray.

El más peligroso para la todavía pareja presidencial es el llamado caso Whitewater, un oscuro asunto de especulación inmobiliaria en Arkansas en el que se vieron implicados Bill y Hillary Clinton cuando él era gobernador de ese Estado y ella abogado de un importante bufete local. Whitewater podría ocasionar problemas a la ahora primera dama en su intento de conseguir un escaño de senadora por Nueva York en las elecciones del próximo año. También siguen sin cerrar el llamado caso Kathleen Willey, el presunto acoso sexual por parte de Clinton a una empleada de la Casa Blanca de ese nombre, y el posible falso testimonio cometido por Hillary Clinton en el asunto de la purga de los empleados de la oficina de viajes de la Casa Blanca.

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