Medio Ambiente concede este año más de 76.000 licencias de caza

La Consejería de Medio Ambiente ha concedido, entre el 1 de enero y el 10 de octubre, más de 76.500 licencias para el desarrollo de la actividad cinegética en la Comunidad Valenciana. Valencia, con 31.855 expedientes, es la provincia con mayor presencia de cazadores, seguida de Castellón, con 24.600, y Alicante, con 20.000 licencias.La valenciana se confirma, de esta forma, como una de las comunidades con mayor número de cazadores, por lo que los grupos conservacionistas, entre ellos la Sociedad Española de Ornitología, SEO Birdlife, instan a la consejería a que cree una Ley de Caza que supla ...

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La Consejería de Medio Ambiente ha concedido, entre el 1 de enero y el 10 de octubre, más de 76.500 licencias para el desarrollo de la actividad cinegética en la Comunidad Valenciana. Valencia, con 31.855 expedientes, es la provincia con mayor presencia de cazadores, seguida de Castellón, con 24.600, y Alicante, con 20.000 licencias.La valenciana se confirma, de esta forma, como una de las comunidades con mayor número de cazadores, por lo que los grupos conservacionistas, entre ellos la Sociedad Española de Ornitología, SEO Birdlife, instan a la consejería a que cree una Ley de Caza que supla a la actual de 1971, considerada "obsoleta" tanto por ecologistas como por cazadores. "Nosotros exportamos cazadores", apunta el director de SEO en Valencia, Mario Jiménez, "y sin embargo carecemos de una ley moderna, adaptada a unas circunstancias que poco tienen que ver con las de hace treinta años".

La veda se abrió en la Comunidad el día 12, y finalizará en enero. En Alicante, Medio Ambiente ha retrasado en un mes el inicio de la actividad cinegética en el parque natural de las Salinas de Santa Pola y en los cotos perimetrales al parque natural de El Fondo de Elche y Crevillent. La medida responde a razones biológicas al detectarse zonas de nidificación activa, y para evitar una "mayor presión" sobre las aves que habitan estos parajes. En el caso de El Fondo, se retrasa la caza por la presencia de especies en peligro de extinción como la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca, actualmente sujetas a programas de recuperación tras la mortandad registrada este verano, provocada por una intoxicación de salmonella.

Áreas de discordia

Las zonas en las que desarrollar la actividad cinegética es otro punto de discordia entre conservacionistas y Administración. La Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante, solicita la prohibición de la caza en las áreas de aprovechamiento cinegético común, que en Alicante corresponden a los humedales del Clot de Galvany y los saladares de Agua Amarga. En estos enclaves, aves incluidas en el catálogo de especies en peligro de extinción nidifican bajo los disparos, mientras las peticiones de protección cursadas al Consell duermen el sueño de los justos.

Las licencias concedidas para cazar se dividen en tres tipos de permisos diferentes: caza con armas; sin escopetas y con perro, bajo el sistema denominado tela; y las realas, una modalidad para apresar el jabají en la que se utilizan más de 16 perros.

Además de los ejemplares ue caen de forma directa, la caza acarrea consecuencias fatales a medio y largo plazo, como la muerte de 50.000 aves anuales por plumbismo, envenenamiento provocado por la acción tóxica de los perdigones de plomo que ingieren en los humedales confundiéndolos con las piedras que tragan para triturar alimentos.

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