Reportaje:

Con reserva de silencio

Una armería se diferencia de un arsenal en que la primera designa un conjunto de objetos de valor artístico, mientras que el segundo término alude a las armas reglamentarias. Cualquier rey o noble aristócrata que se preciara tenía una armería en casa, cuyo valor era comparable a "un Tiziano, por ejemplo", dice el conservador de la Real Armeria del Palacio de Oriente, Álvaro Soler del Campo.La armería del marqués de Dos Aguas de Valencia fue una de las colecciones privadas más importantes de España. Lo cual no es decir poco, porque el Palacio Real de Madrid tiene una de las mejores colecciones ...

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Una armería se diferencia de un arsenal en que la primera designa un conjunto de objetos de valor artístico, mientras que el segundo término alude a las armas reglamentarias. Cualquier rey o noble aristócrata que se preciara tenía una armería en casa, cuyo valor era comparable a "un Tiziano, por ejemplo", dice el conservador de la Real Armeria del Palacio de Oriente, Álvaro Soler del Campo.La armería del marqués de Dos Aguas de Valencia fue una de las colecciones privadas más importantes de España. Lo cual no es decir poco, porque el Palacio Real de Madrid tiene una de las mejores colecciones del mundo, junto a la que posee la familia real inglesa y a la de Viena.

A principios de este siglo, posiblemente poco después de la exposición Regional de Valencia de 1909, el marqués consorte de Dos Aguas vendió su estimado tesoro de armaduras de combate y caballería a uno o varios coleccionistas norteamericanos. Era la época en que los nortemericanos "lo compraban todo", apunta Jaume Coll, director del Museo Nacional de Cerámica González Martí, ubicado en el ahora rehabilitado Palacio del Marqués de Dos Aguas. Éste incluso recibió una oferta de la Hispanic Society -que mantenía una excelente relación con Pinazo y sobre todo Sorolla- para adquirir su importante colección de cerámica. Pero el caso es que una parte de las piezas de la citada armería desaparecieron del Palacio del Marqués de Dos Aguas y ahora integran las colecciones del Metropolitan Museum de Nueva York y del The Art Institute of Chicago, entre otras entidades y, quizá, coleccionistas. Son piezas tan apreciadas que el museo de Chicago ha escogido una imponente armadura de caballero de la familia valenciana para ilustrar la portada de su catálogo. La colección del noble valenciano es una muestra muy representativa del trabajo de los artesanos milaneses de la segunda mitad del siglo XVI.

Jaume Coll y Álvaro Soler del Campo insisten en que no se ha hecho más que iniciar la investigación para conocer el paradero completo de la armería. Sostienen que es muy pronto para hablar con seguridad. El director del museo valenciano asegura que, en cuanto pueda, intentará reunir toda la información posible. De hecho, afirma que no se puede hablar con certeza de fechas ni de compradores. No obstante, sabe a ciencia exacta, por diversa documentación, que la armería se vendió muy poco después de la exposición. Todo apunta a que, muerta su mujer, el marqués consorte vendió las piezas por motivos económicos y que la venta se supeditó a que se mantuviese la reserva de silencio sobre la procedencia de la armería durante años. De manos de coleccionistas privados, una parte de ella pasó posteriormente a los museos norteamericanos, quizá también con la garantía de que se ocultase por un tiempo el nombre del propietario.

Pasado el tiempo, Álvaro Soler del Campo le comentó a Jaume Coll que había visto la armería del marqués de Dos Aguas en el Metropolitan. Coll confirmó que se trataba de las piezas expuestas en 1909. Surgió entonces la idea de organizar una exposición con las piezas que una vez decoraron el interior del Palacio del Marqués de Dos Aguas.

Tanto el conservador de la colección real -que contiene piezas de Carlos I y de Felipe II, entre otros- como el director del Museo Nacional de Cerámica reconocen que hay que dedicar mucho tiempo para preparar ese atractivo proyecto y, sobre todo, para estudiar con todo detalle el rastro de una de las colecciones españolas más importantes.

Hoy en día se ha perdido en gran medida el atractivo en España por este campo tan especializado del patrimonio histórico artístico, al contrario que en los países anglosajones, donde se mantiene muy vivo el interés. Álvaro Soler del Campo y Jaume Coll consideran necesario investigar y realizar exposiciones para dar a conocer un tesoro muy olvidado.

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