Los Montes de Málaga recuerdan el lustre de sus vendimias del siglo XIX

Un halcón abejero ha nidificado por primera vez en el Parque Natural

El Parque Natural de los Montes de Málaga celebró ayer la fiesta de la vendimia, en recuerdo de los miles de hectáreas de viñedos que poblaron este paraje hasta la plaga de la filoxera de 1878. Esta peste hizo desaparecer los vides y peló los montes de tal manera que Málaga se inundaba cada vez que llovía en la sierra. La repoblación con pino carrasco iniciada en los años 20 terminó con la erosión y las avenidas de agua. Una zona de 5.000 hectáreas que fue declarada en 1989 Parque Natural, uno de los 23 que hay en Andalucía.

Son sólo 5.000 hectáreas. Es el penúltimo y el más pequeño de ...

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El Parque Natural de los Montes de Málaga celebró ayer la fiesta de la vendimia, en recuerdo de los miles de hectáreas de viñedos que poblaron este paraje hasta la plaga de la filoxera de 1878. Esta peste hizo desaparecer los vides y peló los montes de tal manera que Málaga se inundaba cada vez que llovía en la sierra. La repoblación con pino carrasco iniciada en los años 20 terminó con la erosión y las avenidas de agua. Una zona de 5.000 hectáreas que fue declarada en 1989 Parque Natural, uno de los 23 que hay en Andalucía.

Son sólo 5.000 hectáreas. Es el penúltimo y el más pequeño de los 23 parques naturales de Andalucía. Pero los montes situados al noreste de la ciudad de Málaga tienen mucha historia y sus viñedos gozaron de fama mundial hasta que la plaga de la filoxera acabó con ellos a finales del siglo XIX. Cuando los Reyes Católicos tomaron Málaga en 1487 los montes estaban poblados de encinas y alcornoques. "Con los repartimientos, los castellanos empezaron a cultivar cereal, hasta que descubrieron que el clima y las pendientes aconsejaban plantar viñedos y lo hicieron con Pedro Ximénez", afirma Ricardo salas, director-conservador del parque. Los viñedos inundaron el paisaje. "Había sólo en el término municipal de Málaga 9.500 hectáreas y en la provincia hasta 112.000, más de lo que hoy tiene toda Andalucía", precisa Salas. La filoxera acabó con esta riqueza y con la vegetación de la zona. A partir de entonces, la que se inundaba cada vez que llovía en los montes era la ciudad y el agua desbordaba el río Chaperas, un afluente de la margen izquierda del Guadalmedina, al que llamaban el azote de Málaga. "Había una inundación cada 10 años", sostiene el director del parque. La reploblación con pino carrasco durante los años 20 y 30 acabó con la erosión y ha permitido la recuperación espontánea de encinas y alcornoques. Ayer, en un lagar de 1843 que sirve de museo a este parque natural que visitan 125.000 personas todos los años se recordó el lustre de las vendimias del siglo XIX, cuando se exportaba Pero Ximén a todo el mundo desde el puerto de Málaga. Se pisó la uva como hace 300 años y para remontarse más atrás, a sus orígenes árabes o incluso fenicios, hubo verdiales de las pandas Las Migas y Los Mangas Verdes. Este parque tiene una rica fauna de rapaces: águilas calzadoras y culebreras, búhos reales, azores y se acaba de descubrir la primera nidificación de un halcón abejero. También hay ardillas, meloncillos, hurones, comadrejas, camaleones y jabalíes. Y pocos habitantes humanos estables a los que ayer, para esta fiesta de la vendimia, han acompañado unos 500 malagueños.

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