El delegado del Gobierno en Galicia recrimina a la Guardia Civil por registrar el barco de un amigo

"¿Usted sabe quién soy yo?", le preguntó repetidas veces el delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, del PP, a un agente de la patrullera de la Guardia Civil que, el pasado día 11, procedía junto a las islas Cíes (Ría de Vigo) a registrar una embarcación deportiva en la que navegaba un exconcejal del PP. "Sí, señor", respondió el guardia mientras saludaba militarmente. A continuación, el delegado del Gobierno, que llegó al lugar patroneando una embarcación a gran velocidad, recriminó a la patrullera de la Guardia Civil su presencia en la zona y le conminó a que se marchara: "¿...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"¿Usted sabe quién soy yo?", le preguntó repetidas veces el delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, del PP, a un agente de la patrullera de la Guardia Civil que, el pasado día 11, procedía junto a las islas Cíes (Ría de Vigo) a registrar una embarcación deportiva en la que navegaba un exconcejal del PP. "Sí, señor", respondió el guardia mientras saludaba militarmente. A continuación, el delegado del Gobierno, que llegó al lugar patroneando una embarcación a gran velocidad, recriminó a la patrullera de la Guardia Civil su presencia en la zona y le conminó a que se marchara: "¿No os había dicho que os vayáis?". Diz Guedes quitó ayer hierro al incidente y se quejó de la "mala leche" de quien lo pudo haber contado.

Más información

No eran ni las seis de la tarde del sábado día 11. Tiempo magnífico en las costas de Galicia. Una patrullera de la Guardia Civil -matrícula GC-L 04- se acerca a una embarcación de recreo para comprobar su documentación. Los agentes son mal recibidos por uno de los tripulantes que se identifica como el comodoro (la persona que se encarga de las embarcaciones) del club náutico de Baiona (Pontevedra). Afea al patrón de la patrullera -el cabo primero Ángel C.C.- su forma de navegar. Le dice que se acercó demasiado rápido y puso en peligro a los niños que se estaban bañando en la orilla. El agente se defiende. Le explica que, primero, iba a la mínima velocidad que podía navegar la patrullera; segundo, que en aquella zona no había ningún tipo de restricción; y, tercero, que nadie se había quejado. Los guardias civiles le piden al patrón del barco de recreo -un empleado del club náutico de Baiona- que suba a la patrullera. Pasan los minutos. La situación se pone tensa. El comodoro, Estanislao Durán García, concejal del PP en el Ayuntamiento de Vigo durante la anterior legislatura, se dirige a los guardias para decirles que están reteniendo al patrón en contra de su voluntad y les advierte de que pondrá los hechos en conocimiento de su abogado. También les informa de otra cosa: "El delegado del Gobierno se dirige hacia aquí".Los guardias no tuvieron tiempo de no creérselo. "Momentos más tarde", reza el parte de incidencias, "se acercó una embarcación de recreo denominada Barco Rio Muiños a bastante velocidad, motivo por el que fue recriminado por bañistas y propietarios de barcos próximos, procediendo a abarloarse [situarse al costado] a la patrullera". "Se comprobó", continúa el informe reservado de la Guardia Civil, "que se encontraba patroneada por el excelentísimo señor delegado del Gobierno, el cual en varias ocasiones le preguntó al guardia civil Bernardo P. G., que se encontraba ayudando a la maniobra de abarloamiento, si sabía quién era, a lo que respondió que sí, saludando al mismo militarmente... Una vez finalizado el amarre, el cabo primero patrón le saludó militarmente y le dio las novedades del servicio". Pero no terminó ahí la cosa. El delegado del Gobierno, Juan Miguel Diz Guedes, le preguntó al comodoro que si había algún problema. Estanislao Durán García, exconcejal del PP y ahora militante de base, le respondió que ya se había solucionado todo y que sentía haberlo molestado.

"El señor delegado", continúa el relato de incidentes remitido a la Dirección General de la Guardia Civil, "delante de todos los presentes comentó que no le gustaba ver a la Guardia Civil del Mar por allí, preguntando que si iban a estar mucho tiempo en la zona, así como el motivo de la presencia en el lugar". La literalidad del relato policial no tiene desperdicio:

"El patrón le respondió a sus preguntas, informándole que cuando terminaran con las gestiones que habían comenzado se irían, poniéndose a sus órdenes y [preguntándole] si tenía alguna instrucción en concreto, respondiendo [el delegado] que terminaran de una vez".

Unos momentos más tarde, y tras abandonar Diz Guedes el lugar, la patrullera de la Guardia Civil fue requerida por los propietarios de otra embarcación, que tenían un problema menor con un amarre. Cuando los guardias les estaban ayudando, apareció de nuevo el delegado del Gobierno. "Preguntó a estos usuarios", dice el informe, "si tenían algún problema con la Guardia Civil, contestando que no, que solamente estaban hablando. Dirigiéndose luego a la Fuerza, dijo: ¿no os había dicho que os vayáis? ¿Qué hacéis aquí?, respondiendo el cabo primero patrón que habían sido requeridos, no recibiendo respuesta alguna". Los guardias, por si acaso, abandonaron la zona.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Este periódico habló ayer por teléfono con Diz Guedes y con Durán García. Los dos confirmaron la existencia del incidente, aunque le quitaron importancia. El delegado del Gobierno declaró: "Me acerqué para ayudar y para decirles que allí sólo había buena gente. Siempre lo hago, le podía contar 10.000 anécdotas como ésta. Lo que no entiendo es la mala leche que hay que tener para contarle eso a EL PAÍS. Está hecho con el ánimo de dañar, de desprestigiar a mi persona; así es la política a veces. Yo no les dije que se marcharan ni les aconsejé nada".

El comodoro, en cambio, informó ayer: "El delegado les dijo a los guardias que no entendía por qué estaban allí los sábados y domingos, que su misión era detener delincuentes y que allí no los había".

Archivado En